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Tiempos difíciles

¿Estamos tomando la decisión correcta? ¿Debería cambiar de dirección y línea de trabajo o deberé buscar otro empleo? Cuando las cosas no son lo que solían ser y los tiempos difíciles nos rodean, es normal que comencemos a cuestionarnos a nosotros mismos y nuestra motivación. Pero es entonces que necesitamos vernos como realmente somos.

En primer lugar, necesitamos creer en nosotros mismos al cien por ciento. También necesitaremos una buena dosis de fuerte motivación, montones de pensamientos y actitudes positivas. ¿Sencillo, verdad? Sí, así es si tenemos o estamos dispuestos a aprender cómo colocar los pre-requisitos de arriba a trabajar.

Esta tarea puede ser intimidante para quienes no son organizados u orientados al detalle. Si este es nuestro caso, hablemos con nuestros amigos y familiares sobre nuestra situación. Pueden ser un apoyo positivo. O tal vez sea tiempo de involucrar a un consejero de vida. Nuestro temor y resistencia intentarán frenarnos y un fuerte apoyo hará una enorme diferencia en alcanzar nuestras metas. Toda esta conversación sobre la evolución espiritual no comenzó por nada. Nos guste o no, vivimos en un mundo muy físico, ordinario y sucio.

Si vemos las estadísticas de la Alianza Nacional para los Enfermos Mentales, cada año 37,000 estadounidenses mueren por su propia mano, uno cada 16 minutos. El suicidio es la décima causa principal de muerte en los Estados Unidos y el tercer asesino más frecuente de jóvenes. Sólo en 2004, el 16% de los suicidios se dio entre la gente con 65 años o más. De casi 16,000 muertes violentas en 16 estados, 56% fueron suicidios.

Los tiempos difíciles que enfrentamos en el mundo ahora mismo requieren un acercamiento más espiritual a nuestra vida diaria. No puedo dejar de enfatizar esto demasiado; necesitamos más que nunca examinarnos y hallar paz interior. Cuando algunos nos dicen: “deja la quejanza y comienza la alabanza, la vida es buena”, lo que realmente quisiéramos hacer es entrarle a golpes. Tenemos una hipoteca con el pago vencido, impuestos atrasados, la tarjeta de crédito de la esposa hasta el tope, el colegio de los niños y Dios sabe qué más, no hay dinero en el banco y recibí la carta de despido. ¿Y la vida es buena? ¡Caramba!

Según Christopher Morley, “Hay tres ingredientes en la buena vida: aprendizaje, ganancia y anhelo”.

Siendo defensores de la auto ayuda espiritual no quiere decir que no estemos de acuerdo con ello. Compartimos la misma hoja de realidad.

Cosas fáciles y prácticas sugeridas para vadear estos tiempos difíciles:

1- Gratitud. Usemos esta fórmula sencilla de actitud positiva y gratitud. Sabemos lo que significa, esta jeringonza de pensamiento positivo y actitudes. No somos tontos, pero a menudo nos olvidamos de dar gracias por todo lo que tenemos en la vida. No resistamos el cambio y las situaciones, eso sólo nos trae ansiedad y dolor. Cada vez que somos agradecidos, transformamos ese momento en energía positiva, lo que a su vez transforma nuestra vida.

2- Afirmación Positiva. Usemos afirmaciones positivas tanto como nos sea posible. Hagámoslas desde que nos levantamos hasta que nos acostemos. Implantarán en nuestro cerebro una nueva ruta de actitud positiva a seguir. Podremos toparnos con resistencia de nuestro viejo yo en este nuevo camino, pero no resistamos y seamos agradecidos por tener estas opciones y, que seamos nosotros quienes diseñemos y creemos nuestra propia realidad. Listemos una selección de afirmaciones positivas y peguémoslas por toda la casa. Tengo una lista de ellas en mi “blog”, “Soñemos nuestra Vida Positivamente”. Podemos comenzar con estas: Soy bueno, soy guapo y soy exitoso. Estoy agradecido por mi vida. Estoy agradecido por mí mismo. Sólo acepto lo que es bueno y positivo.

3- Visualicemos. Visualicemos nuestra vida y todo lo que queremos en su estado completo y perfecto. Sonidos, olores, sabores, traiga todas estas sensaciones a su sueño. Entre más ricas y vívidas nuestras visualizaciones, más pronto las experimentaremos en la vida real. Respiremos profunda y rítmicamente al hacerlas. La respiración profunda actúa como una profunda limpieza interior. Purifica nuestro cuerpo y mente de todos los pensamientos y sentimientos negativos.

4- Meditemos. En un estado de relajamiento, revisemos lentamente los problemas. Aprendamos a verlos como espectadores. Otra vez, no los resista. Deje que vengan y se vayan sin involucrarse emocionalmente con ellos. No juzgue los escenarios y acciones en su mente; no son buenos ni malos. Obsérvelos, no queremos controlar lo que pasa. Son situaciones y distintas opciones que hacen interesante a la vida. Nuestra hipoteca, nuestras cuentas vencidas, los problemas familiares estarán allí mañana, pero ahora podremos verlos desde un ángulo diferente. Nuestro recién aprendido nuevo enfoque no emocional permite a nuestra mente libertad de pensamientos y emociones desesperantes.

Los ejercicios de arriba tienen el poder de mover cosas y estos desafíos desesperantes se tornan en oportunidades positivas para aprender. Ahora le damos la bienvenida y estamos agradecidos por esta nueva puerta en nuestra vida. Los pasos de arriba parecerán un poco simplistas, pero nuestro desafío es practicarlos una y otra vez cada día de nuestras vidas. No hay respuestas fáciles o soluciones rápidas para las situaciones difíciles; pero con esta comprensión estaremos un paso más cerca de la paz interior.

Fuimos creados con cualidades maravillosas. Tenemos materia de estrella, mucha energía y somos creación divina. Abrámonos y permitamos que la energía positiva fluya libremente. Disfrutemos la jornada.

Aunque este pensamiento parezca estar fuertemente anclado en el terreno de la filosofía del pensamiento positivo–con el cual no estoy del todo de acuerdo– no cabe duda de que nos regala algunos principios realmente importantes para nuestra vida diaria. Esto se torna clave en medio de los tiempos que nos ha tocado vivir. Lo cierto es que el poder reflexionar –meditar– y saber ser agradecidos con Dios y con quienes nos rodean y han sido instrumentos del Creador para bendecirnos son elementos fundamentales no sólo para vivir en medio de tiempos difíciles sino en cualquier tiempo. Disfruta el desafío del auto-positivismo y, sobre todo, aferrémonos más que nunca al Salvador. Adelante y que Dios les bendiga.

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