Hebreos 13: Las evidencias de la vida cristiana
Que no falte nunca entre vosotros el amor fraternal. No dejéis de practicar la hospitalidad; porque hubo algunos que, al cumplir con este deber, acogieron a ángeles
Que no falte nunca entre vosotros el amor fraternal. No dejéis de practicar la hospitalidad; porque hubo algunos que, al cumplir con este deber, acogieron a ángeles
Por tanto, puesto que estamos rodeados de tal nube de testigos, despojémonos de todo peso y desembaracémonos del pecado que nos asedia tan constantemente, ¡y corramos con
Fue por la fe por lo que Abel Le ofreció a Dios un sacrificio más completo que Caín, y por ello obtuvo el veredicto de ser un
Como la Ley no es más que una sombra imprecisa de las bendiciones que están por venir y no la verdadera imagen de estas cosas, no puede
Ahora bien: el primer tabernáculo también tenía su liturgia y santuario, que eran un símbolo terrenal de realidades celestiales. Porque el primer tabernáculo estaba preparado con el
El meollo de lo que estamos diciendo es el siguiente: ¡Tal es el Sumo Sacerdote que tenemos, Que se ha sentado a la diestra del trono de
Llegamos ahora a un pasaje de tal importancia para el autor de Hebreos, y tan difícil de entender para nosotros, que tenemos que tratarlo con especial atención.
Así que, dejemos ya atrás la enseñanza cristiana elemental, y dejémonos llevar adelante hacia la plena madurez; porque no nos podemos eternizar echando los cimientos, y enseñando
Escritas por Angeles que nos prestan sus alas cuando dse nos olvida cómo volar
Hace muchos años, un campesino volvía a su casa a caballo luego de haber estado varios días en una fiesta en París. Mientras hacía su camino revivía
Un amigo te envía de vez en cuando una carta, el verdadero amigo aunque no te mande ninguna, siempre está esperando una tuya. Cualquier persona puede apoyarte
Se cuenta que un hombre encontró en un baúl, un retazo de una preciosa tela que pertenecía a sus antepasados. Aquel baúl siempre había estado en el
Un hombre susurró: “Dios hablame” Y entonces cantó un pajarito. Pero el hombre no escucho. Entonces el hombre gritó: Dios, háblame, y entonces se oyeron truenos a