Sermón del monte

Al ver la multitud, Jesús subió al monte con ellos y se detuvo en un llano y se sentó. Se habían juntado allí muchos de sus seguidores y mucha gente de toda la región de Judea, de Jerusalén y de la costa de Tiro y Sidón. Habían llegado para oir a Jesús y para que los curara de sus enfermedades. Los que sufrían a causa de espíritus impuros, también quedaban sanos. Así que toda la gente quería tocar a Jesús, porque los sanaba a todos con el poder que de él salía. Sus discípulos se le acercaron, y él tomó la palabra y comenzó a enseñarles, diciendo: Dichosos los que tienen espíritu de pobres, porque de ellos es el reino de los cielos. Dichosos los que sufren, porque serán consolados. Dichosos los humildes, porque heredarán la tierra prometida. Dichosos los que tienen hambre y sed de la justicia, porque serán satisfechos. Dichosos los compasivos, porque Dios tendrá compasión de ellos. Dichosos los de corazón limpio, porque verán a Dios. Dichosos los que trabajan por la paz, porque Dios los llamará hijos suyos. Dichosos los perseguidos por hacer lo que es justo porque de ellos es el reino de los cielos. Dichosos ustedes los que ahora lloran, pues después reirán. Dichosos ustedes, cuando la gente los insulte, los odie, cuando los expulsen, y los maltrate, cuando desprecien su nombre como cosa mala, y cuando por causa mía los ataquen con toda clase de mentiras. Alégrense mucho, estén contentos, llénense de gozo en ese día, porque van a recibir un gran premio en el cielo; pues así también los antepasados de esa gente persiguieron a los profetas que vivieron antes que ustedes.Pero ¡ay de ustedes los ricos, pues ya han tenido su alegría! ¡Ay de ustedes los que ahora están satisfechos, pues tendrán hambre! ¡Ay de ustedes los que ahora ríen, pues van a llorar de tristeza! ¡Ay de ustedes cuando todo el mundo los alabe, pues así hacían los antepasados de esa gente con los falsos profetas! Mateo 5:1-12; Lucas 6:17-26

Como ya hemos visto, Mateo tiene un esquema cuidadosamente preparado en su evangelio. En su relato del bautismo de Jesús nos Le muestra dándose cuenta de que ha sonado Su hora, de que Le ha llegado la llamada a la acción y que tiene que iniciar Su cruzada. En su relato de las tentaciones de Jesús nos Le presenta eligiendo deliberadamente el método que va a usar para llevar a cabo Su labor, y rechazando deliberadamente otros métodos que Él sabía que eran contrarios a la voluntad de Dios. Si uno asume una gran tarea necesita ayudantes, asistentes y personal; así es que Mateo pasa a mostrarnos a Jesús seleccionando los hombres que serán Sus colaboradores. Pero si los ayudantes y asistentes han de hacer su trabajo inteligente y eficazmente habrá que empezar por instruirlos. Y aquí, en el Sermón del Monte, Mateo nos muestra a Jesús instruyendo a Sus discípulos en el Mensaje que era Suyo y que ellos habían de transmitir a la humanidad.

En el relato de Lucas del Sermón del Monte esto aparece aún más claro. Sigue inmediatamente a lo que podríamos llamar la elección oficial de los Doce. Por esta razón, un gran investigador llamó al Sermón del Monte «El sermón de ordenación de los Doce.» De la misma manera que hay que presentarle su tarea a un joven pastor que está a punto de encargarse de su primer trabajo; así Jesús les dirigió a los Doce este sermón de ordenación antes de que salieran a realizar su labor. Por esa razón otros investigadores le han dado al Sermón del Monte otros títulos. Se ha llamado «El compendio de la doctrina de Cristo», «La Carta Magna del Reino», «El manifiesto del Rey». Todos están de acuerdo en que en el Sermón del Monte tenemos la esencia de la enseñanza de Jesús al círculo más íntimo de Sus seguidores.

El sumario de la fe

Es un hecho que esto es aún más verdad de lo que parece a primera vista. Hablamos del Sermón del Monte como si fuera un sermón determinado predicado en una sola ocasión. Pero es mucho más que eso. Hay buenas e indiscutibles razones para creer que el Sermón del Monte es mucho más que un sermón; que es, de hecho, una especie de epítome (Resumen o compendio de una obra extensa, que expone lo más fundamental o preciso de la materia tratada en ella. Figura que consiste, después de dichas muchas palabras, en repetir las primeras para mayor claridad) de todos los sermones que predicó Jesús.

(i) Cualquiera que lo oyera por primera vez en su forma actual estaría agotado mucho antes del final. Hay demasiado material en él para una sola audición. Una cosa es sentarse y leerlo, haciendo pausas o deteniéndose a pensar cuando se quiere, y otra escucharlo seguido por primera vez. Podemos leerlo a nuestro paso, reconociendo y saboreando cada palabra; pero oírlo por primera vez en su forma presente sería deslumbrarnos del exceso de luz mucho antes de que se terminara.

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