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Salmo 74: El santuario destruido

En los versículos 16 y 17 el salmista vuelve al lenguaje de la creación y providencia de Dios. Dios es Señor de todo, si fija los límites de la tierra también puede fijar los límites del sufrimiento de su pueblo.

Clamor por la liberación

El salmista vuelve a las peticiones de socorro, pero ahora no menciona las preguntas ¿cuándo? y ¿por qué? Empieza con la honra de Dios, como la oración de Jesús (el Padrenuestro). El Salmo nos da un ejemplo de cómo orar en situaciones de angustia. Podemos pedir que Dios honre su nombre y podemos clamar por misericordia.

Los monstruos acuáticos

En el versículo 20 el salmista apela al pacto entre Dios y su pueblo. También sugiere que podemos dialogar con Dios, podemos ser francos en nuestras peticiones. Dios prometió cuidar a su pueblo. Además, en el versículo 21, el salmista apela a la debilidad del pueblo; Dios ayuda a los débiles.

Levántate, oh Dios. El pueblo pide que Dios actúe. De nuevo apela a la honra de Dios porque los enemigos se burlan de él. Clama a Dios porque tiene la confianza en que el Dios que creó todo y llevó a cabo la liberación en el éxodo puede también obrar una gran liberación en esta situación.

Redimidos con propósito

El salmista evoca en un hermoso paralelismo bíblico la compra o adquisición, y el rescate o redención, la liberación de la servidumbre, según el cual el pueblo pasa a ser objeto de la posesión amorosa de Dios.

1.     A Dios no le bastó “comprar” a su pueblo, tuvo que “rescatarlo”.
2.     El pecado se lo había robado de alguna manera.
3.     Dios lo libera y se convierte en el Redentor de Israel.
4.     Dios es por excelencia el Go’ el de Israel, es decir, su redentor, su “rescatador”.
5.     Dios rescata a su pueblo, lo “reivindica como suyo”.
6.     No lo rescató con un espíritu de venganza, sino acercándose a él con amor
7.     La promesa: “No temas, porque yo te he redimido. Te he llamado por tu nombre; tú eres mío”

Joya bíblica  Ya no distinguimos nuestras señales;  ya no hay profeta, ni con nosotros hay quien sepa hasta cuándo…

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