Salmo 68: Un cántico de victoria en el éxodo

No se sabe cuándo fue escrito; se sugiere que fue compuesto para la procesión cuando David Ilevó el arca a Jerusalén, o posiblemente para otra celebración más tarde en la monarquía. Se nota que el Salmo empieza con las mismas palabras que Moisés decía cuando el arca se movía.

La introducción y conclusión son entusiastas alabanzas y en medio se celebran las marchas victoriosas de Dios en el éxodo, en el desierto, en Canaán y constantemente en su pueblo que marcha en alabanza. El salmista se refiere a las victorias físicas (militares) sobre pueblos enemigos, y a la vez a las victorias espirituales en la vida del pueblo. (Israel no separaba las dos esferas.) En el NT Pablo dijo que lo que sucedió a los israelitas en el éxodo, y en el desierto, sucedió a ellos como ejemplo para nuestras vidas. Así este Salmo se usa para mostrar la victoria de Cristo, la victoria que comparte la iglesia. Este tema relacionado con Hechos 2:33 dio base para que, a través de la historia de la iglesia, este Salmo se haya usado como un salmo de Pentecostés.

Todo esto da base para interpretar y aplicar el Salmo en relación con la batalla espiritual de los creyentes. El NT hace claro que los poderes malignos batallan contra los creyentes. A los cristianos les exhorta a pelear contra los poderes malignos (los enemigos) en la victoria de Cristo, con armas espirituales. Es claro que en primer término el Salmo señala las victorias militares en el éxodo y conquista, pero los mismos israelitas aplicaron este lenguaje a todo aspecto de su vida; asimismo el NT y también el Espíritu Santo lo aplican a las batallas espirituales que cada creyente y cada iglesia confrontan.

Un cántico de victoria en el éxodo

Se levantará… se dispersarán. ¿Está el salmista hablando del pasado, del presente o del futuro? Algunas traducciones usan el pasado, otras el presente y otras el futuro. En heb. el verbo es imperfecto que no define el tiempo sino que la acción no está terminada (en contraste con el perfecto: acción terminada). El salmista hace referencia a hechos pasados y sin duda habla con voz profética; sin embargo, aquí está afirmando una verdad constante: cuando Dios se levanta, sus enemigos se dispersan. Es la misma enseñanza de toda la Biblia: Dios es victorioso; en el NT Jesús ya derribó a los poderes malignos. Los poderes que se oponen a la iglesia son débiles, ya vencidos. Por eso Jesús dijo: Y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella. Los poderes malignos huyen de la presencia de Dios. En la lucha espiritual del creyente nótese la importancia de la presencia del Señor.

Como se disipa el humo. Por eso los cristianos no deben temer al diablo ni a los demonios, pues ante la presencia del Dios victorioso se disipan como humo. Se usa otra figura de la cera y el fuego. De nuevo se nota la semejanza con Pentecostés; ante el fuego del Espíritu Santo desaparecen tales enemigos.

Los impíos no disfrutan esta victoria; son pasajeros. En contraste los justos se gozan en la victoria de Dios. Esta victoria es un gran motivo de adoración a Dios a través del Salmo.

¡Preparad camino…!. La RVR 1960 traduce “Exaltad”. El verbo (salal) se usa para “levantar” un camino o una canción. ¡Cantad salmos…! celebra la victoria de Dios; también prepara el camino para más victoria. En los días del rey Josafat fue cuando comenzaron el canto y la alabanza y Dios les dio la gran victoria a los israelitas.

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