Salmo 29:1 Salmo de David. Tributad al Señor, oh hijos de los poderosos, tributad al Señor gloria y poder.
En la descripción de la tormenta no se evidencian los temores supersticiosos característicos de las culturas paganas, ni se identifica a Dios con los rayos y truenos, tal cual sucede en las religiones politeístas; aquí Dios está por encima y sobre la naturaleza, gobernándola por medio de su voz , como en el relato de la creación.
Salmo 29:2 Tributad al Señor la gloria debida a su nombre; adorad al Señor en la majestad de la santidad.
Salmo 29:3 Voz del Señor sobre las aguas. El Dios de gloria truena, el Señor está sobre las muchas aguas.
Salmo 29:4 La voz del Señor es poderosa, la voz del Señor es majestuosa.
Salmo 29:5 La voz del Señor rompe los cedros; sí, el Señor hace pedazos los cedros del Líbano;
Salmo 29:6 y como becerro hace saltar al Líbano; y al Sirión como cría de búfalo.
Saltar : El salmista se refiere poéticamente a un terremoto, que en la cordillera del Líbano y en el monte Sirión (monte Hermón) quiebra enormes árboles, los poderosos cedros, como si fueran débiles ramas.
Los cedros del Líbano eran árboles gigantescos. Podían llegar a alcanzar hasta 34 m de altura y 9 m de circunferencia. Una voz que pudiera derribar los cedros del Líbano tenía que ser una voz verdaderamente poderosa: la voz de Dios. Sirión es el monte Hermón. Todo aquello que impresionaba a la gente estaba bajo el completo control de Dios.
Salmo 29:7 La voz del Señor levanta llamas de fuego.
Este salmo se recita tradicionalmente en las sinagogas el día de Pentecostés y alude al fenómeno narrado en Hechos
2:1-4 : viento recio y llamas de fuego
Salmo 29:8 La voz del Señor hace temblar el desierto; el Señor hace temblar el desierto de Cades.
Salmo 29:9 La voz del Señor hace parir a las ciervas, y deja los bosques desnudos, y en su templo todo dice: ¡Gloria!
El estruendo desgaja las encinas, pero el templo de Dios es un lugar tranquilo y seguro donde todo proclama su gloria.
Salmo 29:10 El Señor se sentó como rey cuando el diluvio; sí, como rey se sienta el Señor para siempre.
A lo largo de la historia, Dios ha revelado su poder por medio de milagros majestuosos sobre la naturaleza, tales como el gran diluvio (Génesis 6-9). Dios promete continuar revelando su poder. Pablo nos exhorta a que comprendamos cuán grande es el poder de Dios. El mismo poder que levantó a Cristo de los muertos está disponible para ayudarnos en nuestros problemas diarios. Cuando se sienta débil y limitado, no se desespere. Recuerde que Dios puede darle fuerza. El poder que controla la creación y que levanta a los muertos está a su disposición.
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