Confianza en el sostén de Dios
Aunque… me dejen. Aun los más cercanos pueden fallarle, pero Dios lo recoge.
Las dos peticiones específicias son:
1) la dirección de Dios. ¡Qué privilegio es tener a Dios por guía! y
2) liberación de los enemigos. Parece que aquí tiene que ver con calumnias porque habla de “falsos testigos”. Sólo Dios puede dar esta liberación.
¡Oh, si yo no creyese…! Algunos escribas cuestionaban la primera palabra, que indica una cláusula hipotética; así diría: “Yo creo que veré la bondad…” En ambos casos enseña que debemos creer en Dios para su acción definida y palpable en la situación de peligro.
Invitación a la confianza
El salmista concluye con una nueva declaración de confianza. Esta confianza en que Dios oye y actuará también da aliento al creyente. El Salmo es un ejemplo, en el AT de lo que dice Romanos 8:31 : Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros?
Guíame por sendas de rectitud
Verdades prácticas
1. La confianza en el Señor vence el miedo: Jehová es la fortaleza de mi vida.
2. La fe en el Señor, echa fuera el temor: Mi corazón no temerá
3. La salvación libra de la destrucción: Me pondrá en alto sobre una roca
4. La fortaleza en el Señor, vence a los enemigos: Sobre mis enemigos que me rodean
5. La dependencia en el Señor, evita el desamparo: Tú has sido mi ayuda
6. La sabiduría en el Señor, ilumina el camino: Guíame por sendas de rectitud
7. La seguridad en el Señor, alienta el corazón: ¡Sí, espera en Jehová!
La tela de araña
Roberto Bruce, uno de lo grandes líderes de la Reforma escocesa, se vio frecuentemente perseguido a causa de su fe. Un día, cuando estaba huyendo de sus perseguidores y parecía que iba a ser atrapado, se refugió en una cueva. Bruce elevó su oración a Dios, pidiendo que su protectora mano le guardara. Desde la oscuridad de la cueva, pudo ver cómo una gruesa araña tejía su tela, casi a la misma entrada de la cueva. Cuando llegaron sus enemigos y vieron la tela de araña intacta, pensaron que nadie había penetrado en aquel lugar, y así fue preservada la vida del servidor de Dios. Más tarde cuando Roberto Bruce daba testimonio de este hecho, solía decir: “Con Dios una tela de araña es como un muro; pero sin Dios un muro es como una tela de araña.”