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Salmo 27: Suplica individual. Salmo de confianza

Salmo 27:10  Porque aunque mi padre y mi madre me hayan abandonado, el  Señor me recogerá.

Esta es la forma que el salmista emplea para decir que Dios se preocupa más por nuestro bienestar de lo que nuestro padre y nuestra madre harían. El amor de Dios va más allá que el amor filial. El verso debe ser considerado como un proverbio y no interpretado como si los padres de David lo hubiesen abandonado.

Muchos han tenido la triste experiencia de ser abandonados por su padre o su madre. Los hogares destruidos, las diferencias de creencia, el vicio de las drogas o el alcohol, y aun el aislamiento sicológico pueden dejar a los niños afectados por esta pérdida. Este dolor puede persistir aun siendo adultos. Dios puede ocupar ese lugar en nuestras vidas, llenar ese vacío y sanar esa herida. El puede dirigirnos hacia adultos que pueden ser para nosotros padres o madres. El amor de Dios basta para todo.

Salmo 27:11   Señor, enséñame tu camino, y guíame por senda llana por causa de mis enemigos.

Salmo 27:12  No me entregues a la voluntad de mis adversarios; porque testigos falsos se han levantado contra mí, y los que respiran violencia.

Salmo 27:13  Hubiera yo desmayado, si no hubiera creído que había de ver la bondad del  Señor en la tierra de los vivientes.

La «tierra de los vivientes» significa simplemente esta vida. Es obvio que David estaba pasando por una prueba, pero tenía la confianza de que en esta vida presente Dios lo ayudaría a salir del apuro.

Salmo 27:14  Espera al  Señor; esfuérzate y aliéntese tu corazón. Sí, espera al  Señor.

David sabía por experiencia lo que significaba esperar al  Señor. Había sido ungido rey a la edad de dieciséis años, pero no fue rey sino hasta que tuvo treinta. Mientras tanto, el celoso rey Saúl lo estuvo persiguiendo por todo el desierto. David tuvo que esperar en Dios en cuanto al cumplimiento de su promesa de que algún día sería rey. Más tarde, después de convertirse en rey, se vio perseguido por Absalón, su hijo rebelde.

Esperar en Dios no es fácil. A menudo parece que no está respondiendo a nuestras oraciones o que no comprende la urgencia de nuestra situación. Esa clase de pensamiento implica que Dios no lleva las riendas o que no es justo. Pero vale la pena esperar en Dios. Lamentaciones 3:24-26 nos hace un llamado a la esperanza y a esperar en el  Señor ya que a menudo Dios utiliza la espera para refrescarnos, renovarnos y enseñarnos. Use esos momentos de espera para descubrir lo que Dios puede estar tratando de enseñarle en el proceso.

Suplica individual. Salmo de confianza

Las dos palabras clave en este Salmo son confianza y enemigos. A pesar de la persecución por los enemigos el salmista confía en Dios. Algunos piensan que el Salmo puede ser del tiempo de la rebelión de Absalón.

La primera parte es un salmo de confianza (vv. 1-6); la segunda parte es una súplica o lamento individual en que el salmista pide socorro a Dios. Algunos piensan que son dos salmos diferentes por esta diferencia de forma y porque en la primera parte se habla de Dios en tercera persona, pero en la segunda se dirige directamente a Dios.

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