Salmo 148:1 ¡Aleluya! Alabad al SEÑOR desde los cielos; alabadle en las alturas.
Este salmo está dividido en dos secciones. Los versículos 1-4 invitan a los cielos y a todo lo que está en ellos a alabar al Señor, debido a las razones que se invocan en versículos 5, 6: el Señor los creó y los sostiene. Los versículos 7-12 llaman a que alaben a Dios desde la tierra todos los que allí habitan, por las razones que se mencionan en versículos 13, 14: el Señor tiene en sus manos el destino de su pueblo.
Salmo 148:2 Alabadle, todos sus ángeles; alabadle, todos sus ejércitos.
Salmo 148:3 Alabadle, sol y luna; alabadle, todas las estrellas luminosas.
Sol y luna : Se pide a la naturaleza que alabe a Dios de manera poética.
Salmo 148:4 Alabadle, cielos de los cielos, y las aguas que están sobre los cielos.
Salmo 148:5 Alaben ellos el nombre del SEÑOR, pues El ordenó y fueron creados;
Salmo 148:6 los estableció eternamente y para siempre, les dio ley que no pasará.
Salmo 148:7 Alabad al SEÑOR desde la tierra, monstruos marinos y todos los abismos;
Salmo 148:8 fuego y granizo, nieve y bruma; viento tempestuoso que cumple su palabra;
Salmo 148:9 los montes y todas las colinas; árboles frutales y todos los cedros;
Salmo 148:10 las fieras y todo el ganado; reptiles y aves que vuelan;
Salmo 148:11 reyes de la tierra y todos los pueblos; príncipes y todos los jueces de la tierra;
Salmo 148:12 jóvenes y también doncellas; los ancianos junto con los niños.
Salmo 148:13 Alaben ellos el nombre del SEÑOR, porque sólo su nombre es exaltado; su gloria es sobre tierra y cielos.
Esto es, alabar su nombre , y todo lo relacionado con la esencia, el carácter y el poder de Dios.
Salmo 148:14 El ha exaltado el poder de su pueblo, alabanza para todos sus santos, para los hijos de Israel, pueblo a El cercano. ¡Aleluya!
Exaltar el poderío de un pueblo es hacer que ocupe un lugar respetado en el concierto de las naciones. Dios no se desentiende de la creación y de sus criaturas; está junto a ellas, y ellas en un lugar cercano a él.
Toda la creación es como una sinfonía majestuosa o un gran coro compuesto de muchas partes armoniosas que juntas elevan cánticos de alabanza. Cada una (independiente y aun así parte de un todo) la atrapa y la lleva como marea creciente de la alabanza. Esta es una descripción de cómo los creyentes debemos alabar a Dios: individualmente, pero como parte de un gran coro de creyentes alrededor del mundo. ¿Está cantando bien su parte en el coro de alabanza mundial?