Salmo 142:1 Masquil de David, cuando estaba en la cueva. Plegaria. Clamo al SEÑOR con mi voz; con mi voz suplico al SEÑOR.
La cueva que se menciona en el título puede que haya sido Adulam, o En-gadi
Salmo 142:2 Delante de El expongo mi queja; en su presencia manifiesto mi angustia.
Estos dos versículos son un ejemplo de un paralelismo de cuatro líneas en la poesía hebrea. Expresar oralmente los sentimientos de angustia representa el primer paso hacia la recuperación.
Salmo 142:3 Cuando mi espíritu desmayaba dentro de mí, tú conociste mi senda. En la senda en que camino me han tendido una trampa.
Salmo 142:4 Mira a la derecha, y ve, porque no hay quien me tome en cuenta; no hay refugio para mí; no hay quien cuide de mi alma.
Cuando otros nos rechacen, o parezca que nos rechazan, el Señor se mantiene como nuestro seguro refugio . Y a su debido tiempo el justo saldrá adelante.
Salmo 142:5 A ti he clamado, SEÑOR; dije: Tú eres mi refugio, mi porción en la tierra de los vivientes.
Porción : «Herencia». La tierra de los vivientes implica «tanto como viva». Ha sentido alguna vez que a nadie le importa lo que le ha sucedido? David tenía buenas razones para sentirse así y escribió: «Clamé a ti, oh Jehová». Mediante la oración podemos sacar todo resentimiento y recordar que Dios se preocupa profundamente por nosotros.
Salmo 142:6 Atiende a mi clamor, porque estoy muy abatido; líbrame de los que me persiguen, porque son más fuertes que yo.
Salmo 142:7 Saca mi alma de la prisión, para que yo dé gracias a tu nombre; los justos me rodearán, porque tú me colmarás de bendiciones.
Aunque no puede desecharse que se esté hablando de una cárcel real, David probablemente se refiera en sentido figurado a circunstancias que lo rodean, estableciendo un paralelo con la siguiente frase: Me rodearán. En otras palabras, «aunque cercado ahora por el mal, seré protegido por el bien».
Tal vez David escribió este salmo cuando se escondía de Saúl en cuevas como la de Adulam o En-gadi. Estas pudieron parecerle como prisiones debido a su confinamiento.
Suplica individual de un abandonado
Los Salmos 140-143 tienen varios detalles en común. Aquí el salmista siente una profunda soledad al ser perseguido y abandonado. El título señala el mismo trasfondo que el Salmo 57. No sabemos si fue escrito por David o para David por alguien en una situación semejante a la de David en la cueva. De todas maneras es un modelo de oración para todos los que sufren semejante circunstancia.
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