Salmo 116:16 ¡Ah, SEÑOR! Ciertamente yo soy tu siervo, siervo tuyo soy, hijo de tu sierva; tú desataste mis ataduras.
Salmo 116:17 Te ofreceré sacrificio de acción de gracias, e invocaré el nombre del SEÑOR.
Salmo 116:18 Al SEÑOR cumpliré mis votos, sí, en presencia de todo su pueblo,
Salmo 116:19 en los atrios de la casa del SEÑOR, en medio de ti, oh Jerusalén. ¡Aleluya!
Oración de acción de gracias
El salmista expresa su profunda gratitud porque Dios le rescató del peligro de la muerte; probablemente de una grave enfermedad. El Salmo no parece ser obra hecha por un profesional para la liturgia, más bien indica toda la espontaneidad de una fe vivida en medio de los problemas de la vida cotidiana. Muchos fechan el Salmo en el tiempo posexílico; por otro lado tiene detalles estructurales que indicarían una fecha anterior al exilio. La experiencia narrada muestra cierta semejanza con la experiencia de Ezequías. La LXX lo divide en dos: los versículos 1-9 son el Salmo 114 y los versículos 10-19 el Salmo 115.
Alabanza y gratitud
Amo a Jehová; el salmista sabe que ama a Dios y sabe por qué. Dios nos ama y le agrada que le amemos, porque quiere compartir su compañerismo con nosotros. En heb., a menudo el perfecto indica el tiempo pasado y el imperfecto el futuro y esto parece lógico a nuestra manera de pensar. Pero hemos de entender que lo básico en heb. no es la indicación del tiempo sino la diferencia entre la acción acabada (perfecto) y la acción no acabada (imperfecto). Por eso los traductores encuentran difícil traducir la poesía hebrea, y uno encuentra mucha variación en la manera en que las diferentes versiones tratan los verbos. Los verbos en este Salmo indican bien este hecho; aquí amo es un verbo perfecto y ha escuchado es un verbo imperfecto. Por el contexto, el traductor capta el sentido del Salmo.
El salmista resalta el diálogo con Dios. Dios le escuchó, ahora él se anima a invocarle, habla con Dios todos sus días. Es lo que Dios quiere y lo que el creyente desea: una comunión con Dios ininterrumpida.
La ataduras de la muerte indica la gravedad de la crisis. El lenguaje es semejante a 18:4, 5. la muerte y el Seol quieren adueñarse de la persona. Pero el salmista sabe a quién volver; ahora puede contar su experiencia y alabar a Dios con acción de gracias. Invoqué… viene a ser como un estribillo repetido en los versículos 13 y 17. En cada caso el verbo es imperfecto, pero correctamente traducido al tiempo pasado aquí.
La alabanza a Dios puede expresar mucha teología; aquí es teología experimentada, pues el salmista experimentó la gracia, la justicia y la compasión de Dios. Y reconoce que nada era por su propio mérito, pues se identifica con los ingenuos; Dios no favorece a los más entendidos o inteligentes.
Diálogo con su propia alma
El salmista se da un automandato de descansar en Dios. A menudo perdemos mucho esfuerzo por no descansar en Dios, aunque la Biblia está llena de promesas y exhortaciones para “echar todas nuestras ansiedades sobre él”.