Sal 111:1 ¡Aleluya! Daré gracias al SEÑOR con todo mi corazón, en la compañía de los rectos y en la congregación.
Este es un poema acróstico de 22 líneas, cada una de las cuales comienza con una letra sucesiva del alfabeto hebreo. Los versículos 9 y 10 contienen tres líneas cada uno, en tanto los otros versículos sólo constan de dos. En hebreo, cada una de las líneas tiene solamente tres palabras. Alabaré : Este es un salmo apropiado para el culto de la congregación , ya que se propone, como explícitamente dice, alabar a Dios por sus obras y su grandeza. A estos Salmos se les llama salmos de aleluyas. Aleluya significa «alabado sea el Señor» y expresa el tono de influencia edificante y optimista de estos cánticos. [private]
Sal 111:2 Grandes son las obras del SEÑOR, buscadas por todos los que se deleitan en ellas.
Sal 111:3 Esplendor y majestad es su obra, y su justicia permanece para siempre.
Sal 111:4 Ha hecho sus maravillas para ser recordadas; clemente y compasivo es el SEÑOR.
Sal 111:5 Ha dado alimento a los que le temen; recordará su pacto para siempre.
Alimento : Alude tanto al maná, el pan enviado por Dios para alimentar a Israel durante su peregrinación por el desierto, como a la cena de la Pascua.
Sal 111:6 Ha hecho conocer a su pueblo el poder de sus obras, al darle la heredad de las naciones.
Heredad : Una referencia a la tierra de Canaán entregada a Israel.
Sal 111:7 Las obras de sus manos son verdad y justicia, fieles todos sus preceptos.
Sal 111:8 Son afirmados para siempre jamás, ejecutados con fidelidad y rectitud.
Sal 111:9 El ha enviado redención a su pueblo, ha ordenado su pacto para siempre; santo y temible es su nombre.
Redención : Recuerda la redención de Israel de la esclavitud egipcia, y el pacto de que se habla es el ofrecido a Moisés en el monte Sinaí. La redención aquí representa la libertad que Dios le dio a los israelitas de Egipto y el futuro regreso de la cautividad en Babilonia. Redención significa recuperar a alguien o algo mediante el pago de un rescate. El pecado tenía cautiva a la humanidad, pero Jesús pagó el precio para librarnos: entregó su vida en sacrificio perfecto. Antes de que Jesús se ofreciera en sacrificio por el pecado, no se le permitía a la gente entrar en la presencia de Dios (el Lugar Santísimo). Ahora, todos los creyentes pueden acercarse al trono de Dios libremente mediante la oración y así tener la presencia del Espíritu Santo en sus vidas.
Sal 111:10 El principio de la sabiduría es el temor del SEÑOR; buen entendimiento tienen todos los que practican sus mandamientos; su alabanza permanece para siempre.
La única forma de llegar a ser verdaderamente sabio es mediante el temor (reverencia) a Dios. Esta misma idea se expresa en Proverbios 1:7-9. Muy a menudo la gente quiere obviar este paso y piensa que puede alcanzar sabiduría solo por la experiencia que da la vida y el conocimiento académico. Pero si no se reconoce a Dios como la fuente de la sabiduría, no se pueden crear las bases para tomar decisiones sabias y estamos definitivamente perdidos cuando cometemos errores y tomamos decisiones necias.