Proverbios 24:Una envidia peligrosa y una sabiduría subestimada

Los versículos 3 y 4 son un poco ambiguos, apuntando a la sabiduría y la habilidad que son necesarias en la construcción de una casa, o apuntando al desarrollo espiritual de la persona y su “casa espiritual”. Parece ser que la segunda interpretación es la mejor. Se detallan la casa, el fundamento, los cuartos y todo lo que va adentro como los muebles, las lámparas, los vasos, etc. Esta metáfora de la construcción de la casa se usa para mostrar el valor de la sabiduría o prudencia

Los versículos 5 y 6 siguen la forma de un versículo que da el principio y otro versículo que da el propósito. Son dos posibles lecturas de la primera parte del versículo 5, donde el texto hebreo entrega la siguiente oración: “El hombre es sabio en la fuerza” (un dicho que muestra la realidad de la vida). Y la segunda lectura de la primera parte, de la Septuaginta, la Peshita y el targum, concuerda con la lectura en el texto en castellano. Un erudito busca una traducción moderada que dice: “El hombre sabio está lleno de fuerza…” (KeilDelitzsch). La interpretación de los manuscritos antiguos hace que sea mejor el sentido de la sabiduría sobre la fuerza física. Un dicho moderno, “un ardid vale más que cien soldados”, afirma este proverbio.

El versículo 6 da una ilustración del versículo 5 y nos aclara la enseñanza básica. Las palabras estrategia y consejeros ponen énfasis en la sabiduría y la planificación. El resultado es la victoria.

El versículo 7 es muy difícil en el texto hebreo. La palabra muy alta es una modificación de una palabra que significa “los corales” (algo precioso). Así, “la sabiduría es como corales al insensato”, es decir el insensato no sabe cómo apreciarla. Abrir la boca en la puerta (el centro de la actividad legal comercial social) es un resultado de su ignorancia (ojalá que nadie tome su silencio como una señal de ser sabio).

Los versículos 8 y 9 entregan las apreciaciones sobre tres personajes: el malo, el insensato y el burlador. La Septuaginta no tiene el versículo 8. En el versículo 8 las palabras malas intenciones son la carecterística del hombre (de ba’al, que se define como “señor” o “dueño”). Las palabras pecado (“errar del blanco”) y abominación (“detestable” o “impuro”) muestran la actitud divina.

Una renuncia prematura y el verdadero fracaso

El texto hebreo del versículo 10 es difícil de interpretar, porque la segunda parte puede ser el resultado de la primera parte o puede ser la causa del desmayo de la primera parte; parece ser que la segunda interpretacion es la más probable. Las palabras dificultad (traducida angustia) y se reducirá hacen un juego de sonido. Algunos eruditos ven el concepto del trabajo en estos versículos. Sin embargo, el día de la dificultad (o “angustia”) muestra la llegada de alguna desgracia y cómo aquel hombre no es capaz de vencerla (¿cuántos se desmayan hoy?).

Los versículos 11 y 12 subrayan el valor salvífico de la persona presentada. Aquí el prójimo se encuentra en una situación de extrema urgencia donde se enfrenta a la muerte. Nos hace recordar la situación del buen samaritano quien fue al auxilio de un hombre víctima de algún ladrón y dejado como muerto.

El versículo 12 muestra la actitud de inocencia del indiferente, quien dice: En verdad (mostrando un tono sorpresivo), no lo supimos. Sin embargo, el versículo afirma la naturaleza pecaminosa del indiferente y cómo Dios mandará el juicio recíproco en contra del indiferente. Hay muchísimos pasajes del NT que afirman el concepto de la recompensa para las obras. El Quijote expresa el espíritu del auxilio: “… se constituyó el orden de los caballeros andantes, para defender las doncellas, amparar las viudas y socorrer a los huérfanos y a los menesterosos. De esta orden soy yo…”

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