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Proverbios 24:Una envidia peligrosa y una sabiduría subestimada

Proverbios 24:1  No tengas envidia de los malvados, ni desees estar con ellos;

Proverbios 24:2  porque su corazón trama violencia, y sus labios hablan de hacer mal.

Proverbios 24:3  Con sabiduría se edifica una casa, y con prudencia se afianza;

Proverbios 24:4  con conocimiento se llenan las cámaras de todo bien preciado y deseable.

Proverbios 24:5  El hombre sabio es fuerte, y el hombre de conocimiento aumenta su poder.

El atleta que piensa las cosas, quien evalúa la situación y planea las estrategias, aventaja a su oponente físicamente más fuerte pero que no piensa. Y la sabiduría, no los músculos, es lo que sin dudas colocó al hombre a cargo del reino animal. Para tener un cuerpo fuerte hacemos ejercicios con regularidad y comemos bien. ¿Sufrimos lo mismo para desarrollar la sabiduría? Debido a que la sabiduría es parte vital de la fuerza, vale la pena alcanzarla.

Proverbios 24:6  Porque con dirección sabia harás la guerra, y en la abundancia de consejeros está la victoria.

Harás la guerra : Cada uno de nosotros tiene sus propias batallas que librar, y necesita ser aconsejado sabia y frecuentemente para pelearlas bien.

En cualquier decisión fundamental relacionada con los estudios, el matrimonio, la profesión, los hijos, etc., no es un signo de debilidad pedir consejo. Se muestra necedad al no pedirlo. Busque buenos consejeros antes de tomar una gran decisión. Ellos les podrán ayudar a ver otras posibilidades y evaluar su elección.

Proverbios 24:7  Muy alta está la sabiduría para el necio, en la puerta no abre su boca.

Proverbios 24:8  Al que planea hacer el mal, lo llamarán intrigante.

Pensar hacer el mal puede ser tan perverso como hacerlo, ya que lo que piense determinará su acción. Si no se supervisan, los malos deseos nos conducirán a pecar. Dios quiere vidas puras, libres de pecado y pensar en el mal destruye la pureza aun cuando no se efectúe la mala acción. Quizás diga: «Entonces, ¿mejor continúo y lo hago porque ya lo pensé?» No. Usted ha pecado con su actitud, pero aún no ha dañado a otros. Deténgase en su camino y pida a Dios que lo perdone y le cambie el rumbo.

Proverbios 24:9  El tramar necedad es pecado, y el escarnecedor es abominación a los hombres.

Proverbios 24:10  Si eres débil en día de angustia, tu fuerza es limitada.

La fuerza no se mide en los buenos tiempos, sino en los momentos difíciles.

Proverbios 24:11  Libra a los que son llevados a la muerte, y retén a los que van con pasos vacilantes a la matanza.

Con fervor evangélico se presenta aquí nuestra obligación de rescatar al ignorante que va hacia la destrucción. Dios no aceptará nuestras excusas.

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