Las cualidades del buen gobierno
El versículo 26 acentúa el sano juicio del rey sabio. El verbo dispersa muestra la acción de separar los desperdicios del grano, de esa forma haciendo correr a los impíos. Por lo tanto, ellos reciben un castigo merecido (lit. “la rueda encima”, y puede significar “la derrota”, “el trabajo esforzado” o “el castigo”).
En el versículo 27 se subraya la autoconciencia que está en el espíritu del hombre. Tal autoconciencia es un don de Dios; el soplo viene de la misma palabra para espíritu aquí), es como una lámpara dada por Dios al hombre. Con la metáfora lámpara, se pone énfasis en la capacidad del espíritu para alumbrar revelando los porqué de las acciones. El mismo espíritu es capaz de extraer hasta lo más interior del ser humano. Así, el hombre no tiene la excusa de no saber lo que está haciendo.
Las palabras misericordia y verdad, en el versículo 28, recalcan una combinación de los atributos que son divinos, y a la vez imitables por el hombre recto. Estos atributos guardan al rey, mientras la justicia afirma al trono (es decir, su reino).
El versículo 29 es un dicho acerca de la realidad que percibe la sociedad. La palabra gloria apunta a la jactancia o el orgullo sano (del vocablo tipe’ arah, La gloria de los jóvenes es su fuerza: Aun los muchachos se fatigan y se cansan; los jóvenes tropiezan y caen. Pero los que esperan en Jehová renovarán sus fuerzas; levantarán las alas como águilas. Correrán y no se cansarán; caminarán y no se fatigarán). En este mismo sentido, la gloria o el orgullo sano de los ancianos son sus canas (el símbolo de la vida larga).
En el versículo 30 se repite el tema del castigo físico como un medio legítimo para reformar al individuo. Se notan dos aspectos del castigo físico: Las marcas de los azotes… y los golpes. Son dos los resultados: la purificación o la limpieza del mal (todo el proceso desde buscarlo hasta involucrarse en él) y la purificación del interior del hombre (corazón). Este mashal es optimista; los dichos Deuteronomio 9:7-8 y 17:10 son más pesimistas. De todas maneras, la palabra persuasiva es la forma normal para guiar a las personas.