En el versículo 16 se utiliza la expresión tob (bueno) para mejor, mostrando así la superioridad de una cosa sobre la otra. Por lo tanto, se ocupa la frase el temor de Jehová, mostrando la fe o reverencia apropiadas: “Mejor poquísimo con una fe vibrante que un gran tesoro donde hay un tumulto o una confusión o un desconcierto”. Un dicho egipcio apunta a lo mismo: “Mejor es la pobreza en la mano del dios que riquezas en un almacén; mejor es el pan, cuando el corazón está dichoso, que riquezas con pesadumbre” (La Sabiduría de Amenemopet).
El versículo 17 antepone dos comidas y dos ambientes. Los dos ambientes se expresan a través de las frases: Donde hay amor y donde hay odio. Las dos comidas son: Una comidas de verduras y el buey engordado. Quizá lo mejor sería la comida del buey engordado donde hay amor. Sin embargo, no es así porque hay que elegir entre el ambiente grato y la buena comida. Por supuesto, es más importante el ambiente, apuntando a la verdad de que el amor es un ingrediente esencial en el hogar y todas sus actividades.
El versículo 18 subraya la diferencia entre el hombre “de calor” o “ira” y el hombre con “la nariz larga” o “lento para enojarse”. Por un lado, el hombre iracundo estimula o promueve intensamente (de la forma verbal de piel) la contienda. Por otro lado, el hombre con el dominio propio sobre su ira “aquieta” la riña. No hay que pensar que no hay lugar para una indignación justificada. Aquí se trata de un abuso de la ira, donde se presenta algo apresurado y las acciones no son pensadas (ver 22:24, 25; 29:22). Elie Wiesel, sobreviviente del campo de concentración nazi y Premio Nobel de Literatura, protesta la sumisión a la opresión y la crueldad, culpando a la historia de Job por motivar mal a los judíos que no mostraron una ira apropiada. También, Aristóteles subraya la ira apropiada cuando se dirige hacia las cosas y las personas que la merecen, y tal hombre es digno de ser alabado (Ethica Nicomachean). Finalmente, se recuerda la escena de Jesús en el templo con los que vendían y compraban y la denuncia de los líderes religiosos.
El versículo 19 vuelve a tocar el tema del perezoso. Hay que entender que los caminos de los peregrinos y del comercio estaban construidos para sentarse en una forma elevada por sobre el terreno. Con una palabra sinónima con la del cerco en el texto, Oseas profetizaba: Por tanto, he aquí que yo obstruyo su camino con espinos, y reforzaré su vallado, de manera que ella no encuentre sus senderos. Estas palabras divinas eran la reacción a la idolatría israelita. En este mismo sentido, el dicho del versículo 19 enseña que los perezosos se van a encontrar con un cerco de espinos crecido por la negligencia y que va a ser una obstrucción para caminar (un cerco silvestre natural y no hecho por el hombre, como se puede ver a veces en el desierto donde se han utilizado los arbustos de espino para hacer un verdadero cerco. Por ejemplo, en el desierto de Atacama, en Chile, para las cabras). Por otra parte, los rectos (opuestos a los perversos) tendrán un “levantado” (concepto hebreo para senda, que muestra la forma segura de construir un camino por sobre el terreno). La palabra cerco aparece sólo aquí en el AT.
En el versículo 20 se encuentra de nuevo el hijo sabio o prudente quien puede alegrar en una forma profunda (la forma piel para intensificar la acción del verbo). Al contrario, el hijo necio o indiferente a la sabiduría “mira en menos” a su madre (como mira en menos la rectitud).
En el versículo 21 se vuelve a acentuar el tema de la insensatez (ver 10:21 con los insensatos y la falta de entendimiento:, como la alegría o “gozo” (palabra clave que une este versículo con el anterior) del falto de entendimiento. ¡Qué antivalor, no sólo ser insensato, sino gloriarse en ello! Por otro lado, está el hombre prudente. La forma verbal del piel para endereza muestra el camino rectísimo y muy caminable.
Una participación sabia
El versículo 22 repite la importancia de consultar a otros. Por un lado, sin el consejo de otros los planes (o “los pensamientos” como se traduce majashabot se frustran o se quiebran (no se realizan). Al contrario, la multitud de consejeros “garantiza” el éxito (lit. “que se levanta o que se para”) de los pensamientos o planes. Son las actitudes de orgullo e insensatez las que impiden al hombre que escuche a otros. Mejor vencer el orgullo o la insensatez y hacer la consulta apropiada.
El versículo 23 vuelve al tema de la alegría. Otra vez se trata de la respuesta. Hay un juego de palabras en los sonidos repetidos, que ayuda a la memoria. La expresión la respuesta de la boca puede mostrar que al hombre le gusta escucharse hablar a sí mismo y así se denota una observación de la vida, o puede apuntar a una palabra “apta” para mostrar que es una respuesta positiva, haciendo así la relación sinónima con la segunda parte. Por lo tanto, la palabra dicha a tiempo, ¡cuán buena es!. Pablo dio una palabra a tiempo desde la cárcel en Filipos, cuando dijo: ¡No te hagas ningún mal, pues todos estamos aquí! Y se exhorta que amonestéis a los desordenados… alentéis a los de poco ánimo… déis apoyo a los débiles… tengáis paciencia hacia todos…. Hay un tiempo apropiado, una palabra a tiempo que hay que dar, antes que sea tarde. Una expresión contemporánea para hablar de algo oportuno es el refrán “como llovido del cielo”.