Pro 16:4 Todas las cosas ha hecho Jehová para sus propios fines, incluso al malvado, para el día malo.[d]
Este versículo no quiere decir que Dios creó a algunas personas impías, sino más bien que Dios utiliza incluso las actividades de los impíos para llevar a cabo sus buenos propósitos. Dios es infinito y nosotros somos finitos. No importa cuán maravillosos sean nuestros intelectos, nunca comprenderemos del todo a Dios. Pero podemos aceptar por fe que El es todopoderoso, todo amoroso y perfectamente bueno. Podemos creer que El no es la causa del mal. Y podemos confiar en que no hay cabos sueltos en su sistema de juicio. El mal es una condición temporal en el universo. Un día Dios lo destruirá. Mientras tanto, utiliza las intenciones malvadas para sus buenos propósitos.
Pro 16:5 Abominable es para Jehová todo altivo de corazón; ciertamente no quedará impune.[e]
La altivez es la voz interna que susurra: «Mi manera es la mejor». Eso es resistir al liderazgo de Dios y creer que se es capaz de vivir sin su ayuda. Cuando se vea queriendo hacer algo a su manera y menospreciando a otras personas, la altivez tira de usted. Solo cuando elimina la altivez, Dios puede ayudarlo a convertirse en lo que El quiso que usted fuera.
Pro 16:6 Con misericordia y verdad se corrige el pecado; con el temor de Jehová los hombres se apartan del mal.[f]
Pro 16:7 Cuando los caminos del hombre son agradables a Jehová, aun a sus enemigos los pone en paz con él.
Queremos agradar a otras personas y en ocasiones haremos casi cualquier cosa para ganar su aprobación. Sin embargo, Dios nos dice que es mejor depositar nuestra energía en tratar de agradarle a El. Nuestro esfuerzo pacificador, por lo general, nos hará más atractivos a quienes nos rodean, incluso a los enemigos. Pero aun si esto no sucediera, no hemos perdido nada. Seguimos complaciendo a Dios, el único que en verdad importa.
Pro 16:8 Mejor es lo poco con justicia que las muchas ganancias sin derecho.[g]
Pro 16:9 El corazón del hombre se propone un camino, pero Jehová endereza sus pasos.[h]
Pro 16:10 Oráculo hay en los labios del rey y su boca no prevarica en el juicio.[i]
Pro 16:11 Las balanzas y el peso justos son de Jehová; obra suya son todas las pesas de la bolsa.
Ya sea que vendamos o que compremos, que produzcamos un artículo o que ofrezcamos un servicio, sabemos lo que es o no justo. A veces nos sentimos presionados a ser injustos para avanzar o sacar más provecho. Pero si queremos obedecer a Dios, no hay términos medios: Dios demanda honestidad en cada transacción comercial. Ninguna explicación racional encubrirá la práctica de un negocio sucio. La honradez y la justicia no siempre son fáciles, pero es lo que Dios demanda. Pídale discernimiento y fortaleza para ser siempre honrado y justo.
Pro 16:12 Abominable es que los reyes cometan maldad, porque con la justicia se afirma el trono.[j]
Pro 16:13 Los labios justos complacen a los reyes; estos aman al que habla con rectitud.[k]