Comprometidos a Sembrar La Palabra de Dios

Para vivir con calidad interna

Trabaja con perseverancia y lograrás alcanzar lo anhelado.

Aprende a decir no, sin sentirte culpable, o creer que lastimas a alguien. Querer agradar a todos es un desgaste enorme.

Planea tu día, pero deja siempre un buen espacio para cualquier imprevisto, consciente de que no todo depende de ti.

Concéntrate en apenas una tarea a la vez. Por más ágil que sean tus cuadros mentales, te cansas.

Olvídate de una vez por todas que eres indispensable en el trabajo, casa, o grupo habitual. Por más que eso te desagrade, todo camina sin tu actuación, a no ser tu mismo

Deja de sentirte responsable por el placer de los otros. No eres la fuente de los deseos, ni el eterno maestro de ceremonia

Pide ayuda siempre que sea necesario, teniendo el buen sentido de pedírsela a las personas correctas.

Separa problemas reales de los imaginarios y elimínalos, porque son pérdida de tiempo y ocupan un espacio mental precioso para cosas más importantes.

Intenta descubrir el placer de cosas cotidianas como dormir, comer y pasear, sin creer que es lo máximo que puedes conseguir en la vida.

Evita envolverte en ansiedades y tensiones ajenas, en lo que se refiere a ansiedad y tensión. Espera un poco y después retorna al diálogo y a la acción.

Tu familia no eres tú, esta junto a ti, compone tu mundo pero no es tu propia identidad.

Comprende que principios y convicciones inflexibles pueden ser un gran peso que evite el movimiento y la búsqueda.

Es necesario tener siempre alguien a quien le puedas confiar y hablar abiertamente.

Conoce la hora acertada de salir de una cena, levantarse del palco y dejar una reunión. Nunca pierdas el sentido de la importancia sutil de salir a la hora correcta.

No quieras saber si hablaron mal de ti, ni te atormentes con esa basura mental. Escucha lo que hablaron bien de ti, con reserva analítica, sin creértelo todo.

Competir en momentos de diversión, trabajo y vida entre pareja, es ideal para quien quiere quedar cansado o perder la mejor parte.

La rigidez es buena en las piedras, no en los seres humanos.

Descansa equilibradamente luego de tus tareas cotidianas.

Ten presente siempre tus tres grandes e invaluables amigas: intuición, inocencia y fe.

Entiende de una vez por todas, definitivamente y en conclusión que rees lo que hagas de ti mismo.

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