Los versículos 9b y 10 son difíciles de traducir. Sin embargo, parece mejor pensar que Oseas hace un contraste entre el asno montés (versículo 9b; fr’) y Efraín (versículo 9b; ’frym) : “El asno montés anda solo/ Efraín contrata amantes”. Aun una bestia silvestre vive entre los suyos y no se mezcla con otros, pero Israel busca activamente entre las naciones gentiles nuevas alianzas para garantizar su existencia. “Aun si ellos reciben el pago de una prostituta entre las naciones, ahora, al fin y al cabo, los reuniré y empezarán a retorcerse bajo la carga de un rey muy poderoso” (versículo 10; trad. del autor). Dios declara que en cuanto a la política externa, Israel tiene que pagar a otros para entrar en alianzas. Pero aun si las naciones le pagaran, todavía no le resultaría en alguna ganancia porque todo lo que recibiera le sería quitado.
La segunda acusación del segmento es la cultual. Con gran ironía Dios acusa a Israel de pervertir los cultos de adoración. Los altares que se edificaron para la expiación del pecado en realidad llegaron a ser lugares para pecar. El Señor termina su discurso con la exclamación hipotética: “Si yo le escribiera miles de mis instrucciones, serían consideradas como una cosa extraña”. Aun si Dios multiplicara copias de los Diez Mandamientos por miles, el pueblo todavía no los escucharía con autoridad. El versículo 13 parece ser una palabra de Oseas. Declara que los sacrificios de Israel no expresan su amor para con Dios, sino que resultan del amor egoísta de la comida y el rito. Por eso, el Señor no aceptará los sacrificios de Israel, sino que se acercará para castigar. Esta vez el anuncio de castigo se expresa en términos políticos: ¡Volverán a Egipto!. La frase es ambigua. Egipto puede entenderse como un símbolo de cautividad y esclavitud, o puede interpretarse como la promesa de un nuevo principio con Dios. La sentencia es fija, su significado depende de la respuesta de Israel.
El versículo 14 termina la unidad con la segunda declaración general: Israel olvidó a su Hacedor… Probablemente, este dicho proviene del primer período del ministerio de Oseas. La alusión a la prosperidad de Israel refleja el reino de Jeroboam II. Judá edificó varias fortalezas en el sur durante este tiempo. Aharoni, arqueólogo judío moderno, muestra la construcción de 7 fortalezas grandes y 16 fortalezas que datan del octavo siglo a. de J.C. Aludiendo a las palabras del profeta Amós, Oseas le recuerda al pueblo que están en guerra y que es Dios mismo el enemigo que los castigará con el fuego de batalla.