Este capítulo retoma posibles lagunas. Sirve como una especie de apéndice a todo el libro, al preservar la integridad de cada una de las tribus como una entidad única.
La herencia de la tierra. La intención de Dios es que su pueblo tenga la tierra prometida como su posesión perpetua. Cada tribu, clan y familia recibirá su porción de la tierra, que es su heredad, su propia posesión perpetua. Este es el propósito de la ley del año de jubileo en Levítico 25. Se toma en cuenta el hecho de que habrá situaciones cuando una familia puede vender el uso de la tierra a causa de una necesidad apremiante. Pero por lo menos cada 50 años, los terrenos deben ser devueltos a la familia a la cual fueron asignados originalmente.
Núm 36:1 Llegaron los príncipes de los padres de la familia de Galaad hijo de Maquir, hijo de Manasés, de las familias de los hijos de José; y hablaron delante de Moisés y de los príncipes, jefes de las casas paternas de los hijos de Israel,
Núm 36:2 y dijeron: Jehová mandó a mi señor que por sorteo diese la tierra a los hijos de Israel en posesión; también ha mandado Jehová a mi señor, que dé la posesión de Zelofehad nuestro hermano a sus hijas.(A)
Núm 36:3 Y si ellas se casaren con algunos de los hijos de las otras tribus de los hijos de Israel, la herencia de ellas será así quitada de la herencia de nuestros padres, y será añadida a la herencia de la tribu a que se unan; y será quitada de la porción de nuestra heredad.
Núm 36:4 Y cuando viniere el jubileo de los hijos de Israel, la heredad de ellas será añadida a la heredad de la tribu de sus maridos; así la heredad de ellas será quitada de la heredad de la tribu de nuestros padres.
El problema. Los jefes del clan de Galaad, parte del clan de Maquir de la tribu de Manasés, citan la regla que permite que las hijas de Zelofehad hereden la porción de su padre. Pero si estas hijas se casan con hombres de otras tribus, su heredad pasará a la tribu de su marido. Entonces se anulará el principio de repartir a cada tribu su propia porción de la tierra como su herencia perpetua.
Núm 36:5 Entonces Moisés mandó a los hijos de Israel por mandato de Jehová, diciendo: La tribu de los hijos de José habla rectamente.
Núm 36:6 Esto es lo que ha mandado Jehová acerca de las hijas de Zelofehad, diciendo: Cásense como a ellas les plazca, pero en la familia de la tribu de su padre se casarán,
Esta disposición se aplicaba solamente a las hijas que heredaban propiedades bajo las estipulaciones
Núm 36:7 para que la heredad de los hijos de Israel no sea traspasada de tribu en tribu; porque cada uno de los hijos de Israel estará ligado a la heredad de la tribu de sus padres.
La respuesta. Moisés, al escuchar el problema, consulta con Dios como siempre. Recibe la respuesta de que las hijas de Zelofehad deben casarse dentro de su propia tribu.
Núm 36:8 Y cualquiera hija que tenga heredad en las tribus de los hijos de Israel, con alguno de la familia de la tribu de su padre se casará, para que los hijos de Israel posean cada uno la heredad de sus padres,