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Números 32: Rubén y Gad se establecen al oriente del Jordán

El establecimiento de las tribus de Rubén, Gad y parte de Manasés al lado oriental del Jordán

El pedido de Rubén y Gad. Rubén se menciona primeramente aquí, aparentemente porque era el hijo primogénito de Jacob. En el resto del capítulo, Gad se menciona primero, indicando que la tribu de Gad tomó la iniciativa en este pedido. Dicen que la tierra al lado oriental del Jordán es buena para ganado, y quieren quedarse allí porque tienen mucho ganado. Jazer, y las ciudades mencionadas, eran ciudades del reino de Sejón. Galaad, a veces se refiere a la región al sur del arroyo Jaboc, pero el nombre a veces se aplica a la tierra al norte del Jaboc también. Puede referirse a todo el lado oriental del Jordán. Es una tierra buena y bien regada.

Pero hay que reconocer que la tierra prometida por Dios a los patriarcas y sus descendientes nunca incluyó el territorio al este del Jordán. Los límites de la tierra prometida dados en 34:1-12 indican que la frontera oriental era el río Jordán. Por eso, Moisés interpreta el pedido de algunas tribus de vivir fuera de la tierra prometida como una indicación de una actitud de rebelión contra la palabra y las promesas divinas.

La ira de Moisés

Moisés ve detrás de este pedido un desprecio por la buena tierra que Jehová ha prometido dar a su pueblo y una falta de fe. Esta era la misma actitud que estaba detrás de la rebelión y la apostasía del pueblo en Cades unos 40 años antes. Si Rubén y Gad no cruzan el Jordán con sus hermanos, pueden desanimar a las otras tribus que tendrán que pelear todavía para tomar la tierra de Canaán. En esto, serán como los espías que desanimaron al pueblo en Cadesbarnea. Moisés recuerda al pueblo de los resultados desastrosos de la rebelión anterior del pueblo: toda una generación fue rechazada. Si esta generación no obedece a Jehová, puede resultar en la destrucción completa del pueblo.

Un término medio ofrecido y aceptado

Para evitar el problema de desanimar a sus hermanos, los de Gad y Rubén proponen dejar a sus familias al este del Jordán y cruzar el río armados con el resto de Israel para participar en la conquista del lado occidental.

Por las limitaciones del tiempo, las ciudades que construyen para sus familias aparentemente eran más como albergues temporales en vez de ciudades fuertes. Proponen que no sólo acompañen a sus hermanos en la campaña de conquistar Canaán, sino que vayan al frente del ejército, y prometen no volver a sus familias en Galaad hasta que las otras tribus hayan recibido su herencia al oeste del Jordán. Así todo el pueblo queda unido en su compromiso de tomar posesión de la tierra prometida.

Moisés acepta la sugerencia de Rubén y Gad. Si ellos cumplen sus promesas, pueden recibir el lado oriental del Jordán como su herencia permanente. Pero Moisés les advierte de que si no cumplen su palabra, serán culpables de pecado, y no podrán escapar las consecuencias de su pecado. Sabed que vuestro pecado os alcanzará (os hallará,), ha llegado a ser un proverbio en inglés. Expresa la certeza de que, aunque parezca que uno ha escapado ileso, tarde o temprano sufrirá las consecuencias de su pecado.

Los de Rubén y Gad reafirman su promesa. Moisés entonces da órdenes a Eleazar y Josué, los que van a estar a cargo de la repartición de la tierra, de que Rubén y Gad reciban su herencia en la tierra de Galaad. Pero advierte a estas tribus de que si no cumplen su promesa, serán echadas del lado oriental del Jordán y tendrán que encontrar un lugar entre las otras tribus en el lado occidental del Jordán. Por eso, Rubén y Gad afirman una vez más su promesa. El libro de Josué relata cómo cumplieron su palabra y así recibieron su herencia al este del Jordán.

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