Números 30: Ley de los votos

Se discute aquí las condiciones bajo las cuales podía ser alguien liberado de un voto. No se ofrece provisión alguna para el varón, aun para aquel que todavía estuviese bajo la protección de su padre. De la misma manera, tampoco se menciona la mujer independiente, que nunca se hubiese casado. Estas omisiones descubren lo que preocupa en este capítulo: la relación entre la institución de la familia y las formas del culto. Una mujer podía ser liberada de su voto en una de las siguientes maneras: por su padre, suponiendo que aún dependiese de él; por su esposo, en el momento de su matrimonio con él, si había hecho el voto antes de la boda; o por su esposo si había sido hecho durante el matrimonio. El padre o el esposo aprobaba el voto si se mantenía callado, pero debía negarlo expresamente al momento de escuchar de él. Las viudas y las mujeres divorciadas no podían ser liberadas de los votos que habían hecho.

La estructura jerárquica de la familia en esta cultura se evidencia aquí. Es importante notar que la mujer gozaba de una relación independiente con Dios, pero sus votos estaban condicionados por su situación dentro de la familia, aunque no determinados por ella.

Núm 30:1 Habló Moisés a los príncipes de las tribus de los hijos de Israel, diciendo: Esto es lo que Jehová ha mandado.

Los príncipes de las tribus : Esta frase aparece solamente aquí en todo el Pentateuco. Así se alude, al final de esta sección, a la estructura autoritaria de la tribu y la familia.

Núm 30:2 Cuando alguno hiciere voto a Jehová, o hiciere juramento ligando su alma con obligación, no quebrantará su palabra; hará conforme a todo lo que salió de su boca.(A)

Moisés recordó al pueblo que las promesas hechas a Dios y a otros tenían que mantenerse. En los tiempos antiguos, la gente no firmaba contratos por escrito. La palabra de una persona era tan valiosa como una firma. Para hacer que un voto fuera más obligatorio, se daba una ofrenda junto con él. Nadie era forzado por ley a hacer un voto; pero una vez que se hacía, se tenía que cumplir. El romper un voto significaba una confianza perdida y una relación rota. La confianza todavía sigue siendo la base de nuestras relaciones con Dios y con los demás. Así que una promesa rota en la actualidad, es igualmente dañina como lo era en los días de Moisés.

Núm 30:3 Mas la mujer, cuando hiciere voto a Jehová, y se ligare con obligación en casa de su padre, en su juventud;

Núm 30:4 si su padre oyere su voto, y la obligación con que ligó su alma, y su padre callare a ello, todos los votos de ella serán firmes, y toda obligación con que hubiere ligado su alma, firme será.

Núm 30:5 Mas si su padre le vedare el día que oyere todos sus votos y sus obligaciones con que ella hubiere ligado su alma, no serán firmes; y Jehová la perdonará, por cuanto su padre se lo vedó.

Y Jehová la perdonará : El voto no se anula, pero se le considera como una promesa incumplida que puede ser perdonada.

Núm 30:6 Pero si fuere casada e hiciere votos, o pronunciare de sus labios cosa con que obligue su alma;

Núm 30:7 si su marido lo oyere, y cuando lo oyere callare a ello, los votos de ella serán firmes, y la obligación con que ligó su alma, firme será.

Núm 30:8 Pero si cuando su marido lo oyó, le vedó, entonces el voto que ella hizo, y lo que pronunció de sus labios con que ligó su alma, será nulo; y Jehová la perdonará.

Bajo la ley israelita, los padres podían invalidar el voto de los hijos. Esto beneficiaba a los jóvenes ya que evitaba que hicieran promesas necias o compromisos costosos. De esta ley se desprende un principio importante tanto para los padres como para los hijos: los jóvenes que aún viven en casa con sus padres deben buscar su ayuda al tomar decisiones. La experiencia de un padre puede salvar a un hijo de cometer un error grave. Sin embargo, los padres deben ejercer su autoridad y responsabilidad espirituales para guiar a sus hijos con cautela y gracia. Ellos también deberían permitir que sus hijos aprendan de sus propios errores mientras lo protegen de situaciones desastrosas.

Núm 30:9 Pero todo voto de viuda o repudiada, con que ligare su alma, será firme.

Núm 30:10 Y si hubiere hecho voto en casa de su marido, y hubiere ligado su alma con obligación de juramento,

Núm 30:11 si su marido oyó, y calló a ello y no le vedó, entonces todos sus votos serán firmes, y toda obligación con que hubiere ligado su alma, firme será.

Núm 30:12 Mas si su marido los anuló el día que los oyó, todo lo que salió de sus labios cuanto a sus votos, y cuanto a la obligación de su alma, será nulo; su marido los anuló, y Jehová la perdonará.

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