Nehemías 7:62 los hijos de Delaía, los hijos de Tobías y los hijos de Necoda, seiscientos cuarenta y dos.
Nehemías 7:63 Y entre los sacerdotes: los hijos de Habaía, los hijos de Cos y los hijos de Barzilai, el cual tomó mujer de las hijas de Barzilai galaadita, cuyo nombre adoptó.
Nehemías 7:64 Estos buscaron su registro de genealogías, pero no se halló, por lo cual fueron excluidos del sacerdocio,
Nehemías 7:65 y el gobernador les prohibió que comieran de las cosas más santas, hasta que hubiera sacerdote con Urim y Tumim.[g]
El Urim y el Tumim eran medios para conocer la voluntad de Dios. Si el nombre de alguien no estaba en las genealogías, esa persona todavía podía ser recibida como sacerdote si el Urim y el Tumim probaban que era judío y levita. No está claro si estos eran los originales que habrían sobrevivido a la destrucción de Jerusalén o si eran nuevos. «Las cosas más santas» era la carne dedicada a Dios como parte del sacrificio. Solo los verdaderos sacerdotes podían comer de ella.
Nehemías 7:66 »Toda la congregación reunida era de cuarenta y dos mil trescientos sesenta,
Nehemías 7:67 sin contar sus siervos y siervas, que eran siete mil trescientos treinta y siete. Entre ellos había doscientos cuarenta y cinco cantores y cantoras.
Nehemías 7:68 Tenían setecientos treinta y seis caballos, doscientos cuarenta y cinco mulos;[h]
Nehemías 7:69 los camellos eran cuatrocientos treinta y cinco y los asnos seis mil setecientos veinte.
Nehemías 7:70 »Algunos de los cabezas de familia dieron ofrendas para la obra. El gobernador dio para el tesoro mil dracmas de oro, cincuenta tazones y quinientas treinta vestiduras sacerdotales.[i]
Nehemías 7:71 Los cabezas de familia dieron para el tesoro de la obra veinte mil dracmas de oro y dos mil doscientas libras de plata.
Nehemías 7:72 »El resto del pueblo dio veinte mil dracmas de oro, dos mil libras de plata y sesenta y siete vestiduras sacerdotales.
Nehemías 7:73 Y los sacerdotes, los levitas, los porteros, los cantores, los del pueblo, los sirvientes del Templo y todo Israel habitaron en sus ciudades».
Lectura pública de la ley y renovación del pacto
Al llegar el mes séptimo, ya los hijos de Israel estaban en sus ciudades.
Esta es una lista similar a la que aparece en Ezr_2:1-70.
El capítulo 8 de Nehemías parece seguir a Esdras 8. Esta asamblea pública tuvo lugar el primer día del séptimo mes. Una asamblea similar, descrita en Esdras 10, se celebró el veinte del noveno mes. La Ley fue leída durante cinco o seis horas. Trece levitas ayudaron al pueblo a comprenderla, moviéndose en el seno de la comunidad y quizás traduciendo difíciles textos hebreos al arameo, la lengua del imperio. Es probable que a menudo, Nehemías haya interrumpido la lectura para darles la oportunidad de resolver problemas en los diferentes grupos. Gozo y llanto, pena por el pecado y alegría por la provisión de Dios, tristeza por los retrocesos, pero gozo por la oportunidad de conocer la verdad, constituían una mezcla de emociones que encerraba una firme decisión de renovación.