Mateo 5 El sermón del monte

Los mansos (v. 5). La tercera letra del “alfabeto cristiano” describe el carácter suave, apacible, dócil, dulce, benévolo, considerado y modesto. En hebreo, “pobre” y “manso” provienen de la misma raíz. El término “manso”, en la Biblia, significa humildad, ausencia de pretensión y disposición a sufrir ofensas sin reaccionar. En el griego antiguo el término traducido “manso” (praús G4239) describía animales domesticados, sometidos a su amo, obedientes. El discípulo manso es el que aprendede, sesometea, y obedecea su Rey. Jesús es el ejemplo máximo de la mansedumbre, pues se sometió y obedeció radicalmente al Padre y su voluntad (Isa_11:29; Isa_26:39). La Biblia llama a Moisés como el hombre más manso de todos los que había en su tiempo (Num_12:3). Antes de su conversión, Pablo fue muy autosuficiente y arrogante, pero después se sometió a Cristo y le obedeció hasta la muerte (Act_9:6 :Act_26:19; 2Ti_4:7). La mansedumbre depende del nuevo nacimiento; es don de Dios y fruto del Espíritu Santo (Gal_5:23). La paradoja se ve en el contraste entre quiénes son los dichosos según el mundo —rígidos, astutos, ricos, poderos— y quiénes lo son según Dios.

Los mansos [y solamente ellos] …heredarán la tierra. Esta es una de las declaraciones más sorprendentes en el Evangelio. ¿Cómo y cuándo tendrá lugar el cumplimiento de esta promesa? Dios prometió la tierra de Palestina a Abraham y a sus descendientes (Gen_13:15; Gen_15:7) lo que se cumplió bajo Josué. La promesa se repite más tarde en el Job_37:10-11. Algunos como Broadus entienden que la promesa se cumple en el sentido espiritual: “Los mansos serán ciudadanos en el reino mesiánico… disfrutando todos los derechos y privilegios.” Otros dicen que la promesa se cumple en el sentido de que el código que ellos proclamaron y practicaron predomina en el mundo. Otros afirman que habrá un cumplimiento literal, hasta con títulos de propiedad. Se cita como ejemplo el destierro a América de los mansos de Inglaterra, quienes heredaron el continente. Otros hablan de un cumplimiento en el milenio. Pero puesto que Jesús proclamó un reino de naturaleza espiritual, es más consecuente aplicar dicho criterio en este caso. Siendo así, el cumplimiento de la promesa es una realidad presente.

Los que tienen hambre y sed de justicia (v. 6). El hambre y la sed son dos condiciones trágicas para un número creciente de personas en el mundo. Desde el punto de vista médico, sin embargo, el hambre y la sed son señales de vida y de salud. Son términos que expresan una conciencia de aguda necesidad de algo esencial para la vida. El término “justicia” es un verdadero camaleón en cuanto a su significado en el NT. En este contexto, parece que hay por lo menos dos enfoques contemplados. El primero sería la sed por la justicia personal, el ser y hacer lo que es recto según las normas de Dios. También incluye la pasión por establecer y extender el reino de Dios entre los hombres. El apetito por la justicia personal y por la extensión del reino de Dios conduce al crecimiento espiritual y a la felicidad (ver Job_42:1-2; Job_63:1; Job_84:1-2).

Así como Jesús satisfizo el hambre de las multitudes cuando estaba en la tierra, promete satisfacer el hambre y sed de sus discípulos que anhelan la justicia de Dios en sus vidas. Son dichosos porque ellos tendrán la completa satisfacción de ver la manifestación de la justicia de Dios en su propia vida y en el mundo, parcialmente ahora y perfectamente en la vida más allá. Las profecías de Isaías y Jeremías abundan con promesas de Dios de establecer su justicia en el mundo por medio del Mesías que vendría. Los súbditos del reino de Dios tienen el privilegio, gozo y dicha de participar en la concreción de la justicia de Dios en el mundo.

Los misericordiosos (v. 7). La quinta letra del “alfabeto cristiano” expresa uno de los atributos de Dios que se menciona con mayor frecuencia en la Biblia (Sal. 103, 136). El término “misericordioso” describe el carácter de una persona que es altamente sensible a las necesidades de otros, se identifica con ellos y responde con los recursos a su alcance para aliviar o satisfacer la necesidad. En casos de ofensas personales, describe la disposición de perdonar. Se traduce con sinónimos tales como “compasivo”, “simpatizante” y que tiene lástima de otro”. Jesús revela la misericordia del Padre, que manifiesta predilección por los pobres, pecadores y gente menospreciada (ver Luc. 15; Job_19:10). Dios demanda la misericordia de sus hijos (Mic_6:8; Luk_6:36; Luk_10:25-37; Mat_18:33-35; Mat_23:23).

Son dichosos los que manifiestan misericordia hacia otros porque ellos, y solamente ellos, recibirán misericordia de Dios. Generalmente, aunque no siempre, serán tratados con misericordia por sus semejantes. A pesar de su gran misericordia hacia otros, Jesús fue crucificado por los hombres sin misericordia, pero librado de la muerte y resucitado por el Padre misericordioso (Act_2:23-24).

Los de limpio corazón (v. 8). La sexta letra en el “alfabeto cristiano” introduce un énfasis moral: un corazón limpio. Jesús establece una condición moral para poder tener una visión espiritual. El corazón es el asiento de pensamientos y motivos, mente y emociones. El énfasis en la condición del corazón está en contraste con el concepto farisaico (comp. 23:25, 28). La pureza de corazón no es el estado natural del hombre (ver Jer_17:9); es distintivamente una virtud cristiana. El término “limpio” significa “no mezclado”, “no adulterado”. Basándose en Jam_4:8, el filosofo danés Kierkegaard escribió un ensayo bajo el título: «La pureza del corazón es el desear una sola cosa.» Otros autores concuerdan con él al decir que únicamente el que desea lo bueno, lo establecido por Dios, puede desear una sola cosa (comp. Phi_4:8). Jesús mismo dijo que nadie puede servir a dos señores (Phi_6:24), lo cual resultaría en motivos y lealtades mezclados y en un corazón contaminado. La pureza de corazón es poder concentrar todo el ser en Dios.

Solo el limpio de manos y puro de corazón (Job_24:4) podrá entrar en la presencia de Dios y contemplarlo. El poder ver a Dios no es un asunto de una visión óptica, 20×20, sino de comunión y compañerismo con Dios.

Los que hacen la paz (v. 9). El mundo considera que la paz es esencialmente ausencia de conflicto, es decir, cuando no hay guerra. Si fuera así, el cementerio sería el mejor ejemplo de perfecta paz. La paz es más bien armonía y tranquilidad en el corazón para con Dios y los semejantes. El saludo judío, shalom, significa “paz” y es la expresión de un deseo por las bendiciones de Dios sobre otra persona. Dios es conocido como el Dios de paz (Rom_15:33; 1Co_14:33); Jesús es el Príncipe de Paz (Isa_9:6) y su venida al mundo significaba paz para los hombres de buena voluntad (Luk_2:14). Jesús prometió su paz a los discípulos (Joh_14:27). El saludo paulino, gracia a vosotros, y paz (1Co_1:3; Gal_1:3), expresaba el deseo del Apóstol para todos los seguidores de Cristo. La paz es el fruto del Espíritu (Gal_5:22). Dios toma la iniciativa para hacer la paz con los hombres: Dios estaba en Cristo reconciliando al mundo consigo mismo (2Co_5:19).

Los que han sido reconciliados con Dios, por fe en Cristo, se convierten en reconciliadores, pacificadores. Jesús dijo: ¡Paz a vosotros! Como me ha enviado el Padre, así también yo os envío a vosotros (Joh_20:21). Jesús es nuestra paz (Eph_2:13 ss.), vino para lograr la paz entre Dios y los hombres, y nos manda llevar adelante esa misión en el mundo.

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