En su más largo sermón registrado, Jesús comienza describiendo las características que estaba buscando en sus seguidores. Llama bienaventurados a todas las personas que tenían estas características porque Dios tiene reservado algo especial para ellas. Cada bienaventuranza es casi una directa contradicción a la forma de vida típica de la sociedad. En la última bienaventuranza, Jesús aun advierte que un esfuerzo serio por desarrollar estos requisitos provocará oposición. El mejor ejemplo de cada característica se encuentra en Jesús mismo. Si nuestra meta es ser como El, las bienaventuranzas cuestionan nuestra forma cotidiana de vivir.
EL DISCIPULADO EN EL REINO
El Sermón del monte es uno de los pasajes más conocidos y más citados en el Evangelio de Mateo. Hay una lista impresionante de libros que se limitan al estudio de este pasaje y unos cuantos que se ocupan solamente de las bienaventuranzas. Indudablemente el Sermón del monte encierra algunos de los pasajes más sublimes del Evangelio.
Introducción
La mención de algunos de los títulos que distintos autores han asignado al Sermón del monte (nombre dado por Agustín) indica la variedad de enfoques que se le han dado: “El manifiesto antifarisaico”, “Un diseño para la vida”, “Las enseñanzas en la colina”, “La carta magna del reino”, “La ética del reino”, “El discurso de ordenación de los apóstoles”, “El compendio de la doctrina cristiana”, “La constitución del reino de Dios”, “El puro evangelio” y “La ley del reino”. Algunos de estos títulos son deficientes, hasta posiblemente erróneos. Por ejemplo, algunos implican que el Sermón abarca toda la esencia del Evangelio, pero en realidad, como veremos más abajo, omite todo lo que tiene que ver con la entrada en el reino, la Segunda Venida y la vida más allá. En un intento por descubrir el mensaje verdadero, vibrante y desafiante del Sermón, por un lado, y evitar algunos de los errores de interpretación y aplicación, por otro, trataremos varios temas introductorios: la ocasión, la unidad, la estrategia, el método y el contenido del Sermón.
La ocasión“ Mateo describe la ocasión: Cuando vio la multitud, subió al monte… (v. 1). Varias preguntas surgen: ¿Dónde sucedió? ¿Cuándo sucedió? ¿Quiénes formaron el público? ¿Quiénes fueron los oyentes? ¿Cómo se relaciona con el relato de Lucas? No hay seguridad en cuanto al monte que se menciona donde ocurrió este evento, sin embargo muchos opinan que probablemente sucedió no lejos de Capernaúm, quizá al oeste (comp. 8:5).
Mateo ubica el Sermón cerca del principio del ministerio público de Jesús, mientras que Lucas lo ubica a mediados. Según Lucas, Jesús pronunció este discurso después de la elección de los doce (Luk_6:13 ss.); pero según Mateo, antes. Como hemos visto, Mateo no se preocupó por un orden cronológico, sino temático. Por esta razón y por otras mencionadas abajo, aceptamos el orden de eventos presentado por Lucas, es decir, el Sermón ocurrió después de comisionar a los doce.
La unidad del discurso“ Se discute si el Sermón fue presentado en una sola ocasión, o si es una colección de enseñanzas agrupadas en forma temática. Los que apoyan la teoría de una colección señalan las siguientes evidencias: (1) Hay demasiado material para una ocasión; (2) no hay unidad y continuidad de tema a tema, es decir, no hay una relación lógica entre algunas de las secciones y las que siguen; (3) hay dos versiones —Mateo y Lucas— entre las cuales existen varias discrepancias. Por ejemplo, el discurso en Mateo abarca 111 versículos de los cuales 29 aparecen en Lucas en un lugar (Luk_6:20-49), 35 están esparcidos a través de Lucas y 47 versículos no se encuentran en su Evangelio.
El argumento de “demasiado material para una ocasión” está basado en la costumbre de cultos contemporáneos donde el predicador está limitado a aproximadamente una hora. En cambio, Jesús seguramente se extendió en su discurso durante varias horas, quizá un día entero, o aun más (comp. 15:32). La presentación de Mateo parece ser un breve resumen de las principales enseñanzas de una serie de temas distintos, siendo el tema unificador “el reino de los cielos”. Si es que Jesús presentó una serie de temas a lo largo de un día de conferencias, no habría necesariamente una continuidad lógica entre éstos. Por otro lado, algunos versículos del Sermón presentado por Mateo, esparcidos en Lucas, probablemente son evidencia de la práctica de repetir las mismas verdades en distintas ocasiones, como es común entre maestros en todos los tiempos.
Los que apoyan la teoría de que fue un sermón presentado en una ocasión citan las siguientes evidencias a favor de su posición: (1) la descripción del comienzo y conclusión del sermón: subió al monte (5:1) y descendió del monte (8:1); (2) se dirigió a un grupo definido: se le acercaron sus discípulos y… les enseñaba diciendo… (5:1); (3) se menciona la reacción de las multitudes, al finalizar el Sermón: estaban maravilladas de su enseñanza. Estas tres evidencias nos parecen más convincentes. Concluimos, pues, que Mateo y Lucas presentan dos versiones del mismo sermón.
La estrategia de Jesús“ Cuando Jesús contempló las multitudes, hizo dos cosas: (1) Subió al monte y (2) al sentarse él, se le acercaron sus discípulos… [y él] les enseñaba… El texto indica que Jesús, en efecto, dejó las multitudes atrás y se volvió a un pequeño grupo de discípulos para enseñarles a ellos. Probablemente se formó un semicírculo de discípulos delante de Jesús, con las multitudes detrás de ellos escuchando lo que podían (7:28, 29). Hay por lo menos dos explicaciones para esta acción sorprendente de parte de Jesús. Las multitudes no estaban preparadas para entender, apreciar y recibir las enseñanzas acerca del reino. Más importante aun es que Jesús estaba siguiendo una estrategia que mantuvo durante todo su ministerio terrenal. Compartiría su vida y enseñanzas con un grupo pequeño de discípulos escogidos con la meta final de llegar a las multitudes por medio de ellos. Jesús dejó a las multitudes para luego llegar a las multitudes más eficazmente. Un ejemplo gráfico de esta estrategia se ve en la alimentación de las multitudes por medio de los discípulos. Jesús proveyó la comida, pero los discípulos la repartieron. Las iglesias deben procurar implementar el ministerio espiritual a las multitudes por medio de miembros bien equipados en programas de discipulado.
El método que Jesús empleó para llevar a cabo su estrategia fue el equipamiento de los discípulos por medio de la enseñanza. El verbo “enseñaba” es del tiempo pretérito imperfecto que describe una acción repetida. Este solo verbo capta en gran medida la esencia del ministerio terrenal de Jesús. Acompañando el verbo “enseñaba”, hay dos expresiones más que indican que Jesús enseñaba y no predicaba. Dice el texto que Jesús se sentó, adoptando la postura de un rabí judío cuando enseñaba la ley. El famoso comentarista Barclay observa que la expresión “abrió su boca” se emplea cuando el maestro comienza una enseñanza solemne y cuando abre su corazón para compartir algo muy personal e importante.