Aquí está toda la tragedia entrañable del amor rechazadas. Aquí habla Jesús, no como el Juez severo de toda la Tierra, sino como el Enamorado de todos los seres humanos.
Este pasaje ilumina curiosamente la vida de Jesús de una manera que no podemos pasar por alto. Según los Evangelios Sinópticos, Jesús no estuvo nunca en Jerusalén desde que empezó Su ministerio público hasta que llegó para esta última fiesta de la Pascua. Podemos ver aquí cuánto no se incluye en la historia evangélica; porque Jesús no podría haber dicho esto si no hubiera visitado Jerusalén repetidas veces y dirigido a su pueblo insistentes llamadas. En los evangelios no tenemos más que un boceto esquemático de la vida de Jesús.
Este pasaje nos muestra cuatro grandes verdades.
(i) Nos muestra la paciencia de Dios. Jerusalén había matado a los profetas y apedreado a los mensajeros de Dios; sin embargo Dios no la había rechazado; y, por último, le envió a Su Hijo. Hay una paciencia ilimitada en el amor de Dios que soporta el pecado humano sin rechazar a la humanidad.
(ii) Nos presenta la invitación de Jesús. Jesús habla como un Enamorado. No entra nunca en ningún sitio por la fuerza; la única arma que puede usar es la invitación del amor. Permanece con los brazos extendidos en invitación, una invitación que los humanos tenemos la responsabilidad de aceptar o rechazar.
(iii) Nos muestra la culpabilidad del pecado humano. Los hombres contemplaron a Cristo en todo el esplendor de Su invitación -y Le rechazaron. No hay manija por fuera de la puerta del corazón humano. Tiene que abrirse desde dentro; y el pecado es el consciente rechazamiento a ojos abiertos de la llamada de Dios en Jesucristo.
(iv) Nos muestra las consecuencias de rechazar a Cristo. Sólo cuarenta años habían de pasar hasta que el año 70 d C. Jerusalén quedara convertida en un montón de ruinas. Ese desastre fue la consecuencia directa de haber rechazado a Jesucristo. Si los judíos hubieran aceptado Su amor y abandonado el camino del poder político, Roma nunca se habría abalanzado sobre ellos con todo su poder vengativo. Es un hecho de la Historia -aun en el tiempo- que la nación que rechaza a Dios queda condenada al desastre.
LA VISIÓN DE COSAS POR VENIR
Ya hemos visto que una de las grandes características de Mateo es que agrupa en grandes bloques la enseñanza de Jesús acerca de distintos temas. En el capítulo 24 reúne cosas que Jesús dijo acerca del futuro, y nos da la visión de cosas por venir. Al hacerlo, Mateo entreteje dichos de Jesús acerca de distintos aspectos del futuro; y hará este difícil capítulo mucho más fácil de entender el que desenredemos los varios hilos, y los consideremos uno a uno.
El entrelazado de los Hechos de Jesús que nos hace Mateo se prolonga por los primeros 31 versículos del capítulo. Lo mejor será que, en primer lugar, coloquemos estos versículos en conjunto; después estableceremos los diversos aspectos del futuro del que tratan; y por último trataremos de asignarle a cada sección el lugar que le corresponde en el conjunto. No podernos pretender absoluta certeza y finalidad en el esquema que obtengamos; pero, el cuadro general aparecerá claro.
Así que, en primer lugar, ponemos los versículos, y los numeramos para facilitar su localización en el esquema.
Mateo 23:1-39
23.2 ,3 Las tradiciones de los fariseos y sus interpretaciones y aplicaciones de la ley llegaron a ser tan importantes como la ley misma. Sus leyes no eran tan malas. Algunas eran buenas. El problema surgió cuando los líderes religiosos (1) tomaron las normas hechas por el hombre con tanta seriedad como las leyes de Dios, (2) al decir a la gente que debían obedecerlas, sin incluirse ellos mismos, (3) al obedecer las reglas no para honrar a Dios sino para sobresalir. Jesús no condenó lo que enseñaban, sino lo que eran: hipócritas.
23.5 Estas cajas pequeñas de cuero, llamadas filacterias, contenían versículos de la Escritura. Los fariseos las portaban porque Deu_6:8 y Exo_13:9, Exo_13:16 dicen que la gente debe llevar la Palabra de Dios cerca a su corazón y ellos lo interpretaron en forma literal. Pero estas pequeñas cajas que también usaban para orar llegaron a ser más importantes por el nivel social que otorgaban que por la verdad que contenían.