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Mateo 12: Quebrantando la ley del sábado

Esas eran las cosas que hacían los exorcistas judíos; y, como suele pasar, eran simbólicas. La gente buscaba la liberación de los males y los dolores de la humanidad en la magia y en los encantamientos. Puede que hasta estas cosas, por la misericordia de Dios, produjeran alivio por algún tiempo; pero en Jesús vino la Palabra de Dios con su sereno poder para traerles a los seres humanos la liberación definitiva que buscaban ansiosa y hasta desesperadamente, y que hasta que llegó no habían podido encontrar nunca.

Una de las cosas más interesantes de este pasaje es el dicho de Jesús: « Si es por el Espíritu de Dios como Yo expulso los demonios, entonces es que el Reino de Dios ha venido a vosotros» (versículo 28). Es significativo que la señal de la venida del Reino no eran iglesias llenas ni grandes campañas de avivamiento, sino la derrota del dolor.

LA NEUTRALIDAD IMPOSIBLE

Mateo 12:30

El que no está conmigo, está en contra de Mí; y el que no recoge conmigo, no hace más que esturrear.

La figura de recoger y esturrear puede proceder de uno de dos trasfondos. De la cosecha: el que no colabora en la recogida de la cosecha está dispersando el grano de forma que no se pueda recuperar; o puede venir del pastoreo: el que no ayuda a mantener el rebaño a salvo llevándolo al redil lo está descarriando y exponiendo a los múltiples peligros que acechan en los descampados.

En esta sola frase impactante Jesús establece la imposibilidad de mantener la neutralidad. W. C. Allen escribe: « En esta guerra contra las fortalezas de Satanás hay dos lados, con Jesús o en contra de Él, recogiendo con Él o desparramando con Satanás.» Podemos usar una analogía muy sencilla. Podemos aplicar este dicho a la iglesia o a nosotros mismos. Si nuestra presencia no fortalece la Iglesia, entonces nuestra ausencia la debilita. No hay término medio. En todas las cosas tenemos que escoger un bando; decidir no escoger, aplazar la decisión, no son una salida; porque el rehusar ayudar a un bando es en realidad prestar apoyo al contrario.

Hay tres cosas que hacen que una persona busque esta imposible neutralidad.

(i) Está la simple inercia de la naturaleza humana. Es verdad que lo único que quieren muchos es que los dejen en paz. Se esconden automáticamente de todo lo que suponga un compromiso, y toda decisión lo es.

(ii) Está la simple cobardía de la naturaleza humana. muchos rechazan el camino de Cristo porque tienen miedo de asumir las demandas que el Cristianismo impone. Lo que básicamente los detiene es el temor a lo que digan los demás. La voz del prójimo les llega con más fuerza que la voz de Dios.

(iii) Está la simple flojera de la naturaleza humana. La mayor parte de las personas prefieren el camino trillado a la aventura, y más cuando se van haciendo mayores. La aventura siempre supone un desafío; Cristo nos presenta el desafío de la aventura con Él, y la respuesta que recibe muchas veces es que preferimos la comodidad de la inactividad egoísta.

El dicho de Jesús -«El que no está conmigo, está en contra de Mí»- nos presenta un problema, porque tanto Marcos como Lucas contienen un dicho que parece querer decir lo contrario: «El que no está en contra de nosotros está con nosotros» Mar_9:40 ; Luk_9:50 ). Pero no son tan contradictorios como parecen. Hay que fijarse que Jesús dijo el segundo cuando Sus discípulos llegaron diciéndole que habían visto a uno que expulsaba demonios en Su nombre, y se lo habían prohibido, porque no era de su compañía. Así que se ha hecho una sugerencia muy convincente. «El que no está conmigo está en contra de Mí» es una prueba que debemos aplicarnos a nosotros mismos. ¿Estoy yo de veras en el lado de Jesús, o estoy tratando de vivir mi vida en un estado de neutralidad cobarde? «El que no está en contra de nosotros está con nosotros» es una prueba que debemos aplicar a otros. ¿Soy yo dado a condenar a cualquiera que no participa de mi teología y culto y liturgia e ideario? ¿Estoy limitando el Reino de Dios a los que piensan como yo?

El dicho de este pasaje es una prueba que nos debemos aplicar a nosotros mismos; el de Marcos y Lucas es una prueba que podemos aplicar a los demás; porque debemos tratarnos a nosotros mismos con seriedad, y a los demás con tolerancia.

EL PECADO QUE EXCLUYE EL PERDÓN

Mateo 12:31-33

Por eso es por lo que os digo que a las personas se les podrá perdonar todo pecado y toda blasfemia; pero la blasfemia contra el Espíritu Santo no se perdonará.

Si uno dice algo contra el Hijo del Hombre, se le podrá perdonar; pero ad que diga algo contra el Espíritu Santo, no se le perdonará ni en este mundo ni en el venidero. O se supone que el árbol es bueno y su fruto es bueno, o se supone que el árbol está podrido y su fruto está podrido. Porque un árbol se conoce por sus frutos.

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