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Marcos 7: Limpio e inmundo

A continuación viene dolos, que traducimos como la astucia. Viene de una palabra que quiere decir el cebo; se usa con astucia y engaño; por ejemplo, en una ratonera. Cuando los griegos estaban sitiando Troya, no pudiendo ganar una entrada, les enviaron a los troyanos el regalo de un gran caballo de madera como señal de buena voluntad. Los troyanos abrieron sus puertas y lo metieron dentro; pero el caballo estaba lleno de griegos, que salieron por la noche y sembraron la muerte y la destrucción en Troya. Eso es exactamente dolos. Es una traición inteligente, astuta y engañosa.

Lo siguiente en la lista es la maldad desmadrada (asélgueia). Los griegos definían asélgueia como «la actitud del alma que rechaza toda disciplina,» como «el espíritu que no acepta restricciones, que lo arriesga todo para conseguir su capricho e insolencia desmadrada.» La gran característica de la persona que es culpable de asélgueia es que ha perdido todo sentido de vergüenza y decencia. Uno que es malo puede que oculte su pecado; pero el que tiene asélgueia peca sin remordimientos y no vacila en escandalizar a sus semejantes. Jezabel fue el ejemplo clásico de asélgueia cuando construyó un altar pagano en la santa ciudad de Jerusalén.

La envidia se traduciría literalmente por el mal ojo, el ojo que mira el éxito y la felicidad de otro como si quisiera echarle una maldición si pudiera. La palabra siguiente es blasfemia. Cuando se usa en relación con las personas quiere decir calumnia; cuando se usa en relación con Dios es la blasfemia. Quiere decir insultar a las personas o a Dios.

Sigue en la lista el orgullo (hyperéfanía). La palabra griega quiere decir literalmente «ponerse uno por encima de los demás.» Describe la actitud de la persona «que siente desprecio hacia todo lo que no sea ella misma.» Lo interesante de esta palabra como la usaban los griegos es que describe una actitud que puede que nunca se manifieste públicamente. Puede que en lo más íntimo de su corazón uno se esté siempre comparando con los demás. Podría ser que se presentara hipócritamente humilde, y sin embargo fuera orgulloso de corazón. Algunas veces, por supuesto, el orgullo es autoevidente. Los griegos tenían una leyenda sobre este orgullo. Decían que los gigantes, los hijos de Tártaro y de Gué, trataron en su orgullo de asaltar el Cielo, pero Hércules los echó otra vez abajo. Eso es hyperéfanía. Es ponerse contra Dios; es «invadir las prerrogativas de Dios.» Eso es lo que se ha llamado «el Everest de todos los vicios,» y por lo que «Dios resiste a los soberbios» (Jam_4:6 ).

Por último viene la locura (afrosyné). No quiere decir la necedad debida a la falta de sensatez o de cabeza, sino la locura moral. Describe, no al que es un estúpido insensato, sino al que se hace el tonto para salirse con la suya.

Es una lista verdaderamente terrible de las cosas que salen del corazón humano la que nos presenta Jesús. Cuando la examinamos, sentimos un escalofrío. Sin embargo, es un desafío, no a evitar tales cosas por vergüenza, sino a examinar honradamente nuestros corazones.

El ANUNCIO DE UN MUNDO PARA CRISTO

Marcos 7:24-30

Jesús Se marchó de allí, y Se fue a las regiones de Tirc y de Sidón. Se alojó en una casa, y no quería que nadie lo supiera; pero no pudo evitar que la gente se enterara de que estaba allí.

Cuando lo supo una mujer que tenía una hija poseída por un espíritu inmundo, fue inmediatamente y se arrojó a Sus pies, y Le pidió que expulsara de su hija al demonio. Era griega, siriofenicia de nacimiento. Jesús le dijo:

–Primero tienes que dejar que se sacien los hijos; no está bien quitarles a ellos el pan que les corresponde paro, echárselo a los perros.

–Es verdad- contestó ella-; pero también los perros comen debajo de la mesa las migajas de pan que tiran los niños.

Jesús entonces le dijo:

–Por lo que has dicho, ¡vuélvete en paz! ¡Ya ha salido de tu hija el demonio!

La mujer se marchó, y encontró a la niña acostada en la cama, ya libre del demonio.

Cuando este incidente se coloca en su debido trasfondo se aprecia corno uno de los más extraordinarios y conmovedores de la vida de Jesús.

En primer lugar, veamos la geografía de la historia. Tiro y Sidón eran ciudades de Fenicia, que era parte de Siria. Fenicia se extendía hacia el Norte desde el monte Carmelo, por toda la llanura costera. Estaba entre Galilea y la costa. Fenicia, como expresaba Josefo, « rodeaba Galilea.»

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