Marcos 12: Rechazo y retribución

La cosa nueva que hizo Jesús fue aunar estos dos mandamientos. Ningún rabino lo había hecho nunca. Sólo hubo un intento de relacionarlos anteriormente. Alrededor del año 100 a C. se compuso una serie de tratados Los Testamentos de los Doce Patriarcas, en los que el autor anónimo puso en las bocas de los patriarcas algunas enseñanzas muy preciosas.

En El Testamento de Isacar 5:2 leemos:

Ama al Señor y ama a tu prójimo, ten compasión de los pobres y de los débiles.

Y en el mismo testamento, 7:6, leemos:

Yo amaba al Señor, e igualmente a todos mis semejantes de todo corazón.

Y en El Testamento de Dan_5:3 leemos:

Amad al Señor durante toda vuestra vida, y unos a otros con corazón sincero.

Pero ninguno, hasta Jesús, puso los dos mandamientos juntos y los aunó. La religión para Él era aMarcos a Dios y aMarcos a los hombres. Él habría dicho que la única manera de probar que se ama a Dios es amando a los hombres.

El escriba aceptó esto de buena gana, y añadió que tal amor era mejor que todos los sacrificios. En eso estaba en armonía con el pensamiento más elevado de su pueblo. Hacía mucho, mucho tiempo, Samuel había dicho: «¿Es que se complace el Señor tanto en holocaustos y sacrificios como en que se obedezcan las palabras del Señor? Mejor es obedecerle que ofrecer sacrificios, y prestarle atención, que el sebo de los carneros» (1Sa_15:22 ). Y Oseas Le oyó decir a Dios: «Lo que Yo quiero es fidelidad, y no sacrificios» (Hos_6:6 ).

Pero es siempre más fácil dejar que el ritual ocupe el lugar del amor. Siempre es más fácil dejar que el culto se convierta en un asunto de la iglesia en lugar de algo de toda la vida. El sacerdote y el levita podían pasar de largo al viajero herido porque estaban ansiosos por cumplir con el ritual del templo. Este escriba se había remontado por encima de sus contemporáneos, y por eso se encontró de acuerdo con Jesús.

Tiene que haber habido una mirada de amor en. los ojos de Jesús, y también una mirada de invitación cuando le dijo al escriba: «Hasta aquí has llegado tú. ¿No quieres seguir adelante, y aceptar Mi manera de ver las cosas? Entonces llegarías a ser un verdadero ciudadano del Reino de Dios.»

EL HIJO DE DAVID

Marcos 12:35-37a

Cuando Jesús estaba enseñando en el Templo dijo: -¿Cómo pueden decir los maestros de la Ley que el Ungido de Dios es el Hijo de David? El mismo David, movido por el Espíritu Santo, dijo: «El Señor Le dijo a mi Señor: «Siéntate a Mi diestra hasta que ponga a Tus enemigos por estrado de Tus pies. «» El mismo David le llama Señor. Entonces, ¿cómo puede ser su hijo?

A nosotros nos resulta difícil entender este pasaje, porque usa pensamientos y razonamientos que nos son extraños; pero no les resultaría nada difícil a los que lo oyeron en el recinto del Templo de Jerusalén, porque estaban acostumbrados a esa manera de razonar y de usar las Escrituras.

Podemos empezar por notar algo que nos aclara el pasaje. La versión Reina Valera traduce el versículo 35: «¿Cómo dicen los escribas que el Cristo es hijo de David?» En las partes más antiguas del Nuevo Testamento, Cristo no es un nombre propio, como ha llegado a ser hasta nuestro tiempo. De hecho, tiene el artículo definido delante en este pasaje, el Cristo. Jristós, Mesías, son las palabras griega y hebrea respectivamente que quieren decir el Ungido. La razón para el uso del título es que en los tiempos antiguos se coronaban los reyes ungiéndolos con aceite -y todavía se usa algo así en muchas ceremonias de coronación. Jristós y Mesías quieren decir los dos el Rey Ungido por Dios, el que había de venir de parte de Dios para salvar a Su pueblo. Así es que, cuando Jesús pregunta: «¿Cómo pueden los escribas decir que el Cristo es hijo de David?» Jesús no se está refiriendo explícitamente a Sí mismo. Lo que está diciendo en realidad es: «¿Cómo pueden decir los escribas que el Rey Ungido por Dios Que ha de venir es hijo de David?»

El razonamiento que presenta Jesús es el siguiente. Cita el Psa_110:1 -«El Señor dice a mi Señor: «Siéntate a Mi diestra, hasta que ponga a Tus enemigos por estrado de Tus pies.»» Los judíos de aquel tiempo suponían que todo el Salmo había sido escrito por el rey David. También mantenían que este Salmo se refería al Mesías que había de venir. En este versículo, David se refiere al Mesías venidero como su Señor. ¿Cómo es que, pregunta Jesús, David le aplica el título de Señor, si es su hijo?

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