Comprometidos a Sembrar La Palabra de Dios

Marcos 11: La llegada del Rey

En los versículos 9 y 10 aparece la palabra hosanna. Esta palabra se suele entender equivocadamente. Se cita y se usa como si fuera una alabanza; pero es una simple trascripción de la palabra hebrea que quiere decir ¡Salva ahora! Aparece en exactamente la misma forma en 2Sa_14:4 y 2Ki_6:26 , donde expresa el clamor del pueblo que pide ayuda y protección por parte del rey. Cuando el gentío gritaba hosanna, no era un grito de alabanza a Jesús, que es lo que parece cuando lo citamos o usamos, sino un grito que se dirigía a Dios para que irrumpiera y salvara a Su pueblo ahora que el Mesías había venido.

Ningún otro episodio nos muestra tan claramente como este el tremendo coraje de Jesús. En aquellas circunstancias, uno podría haber esperado que Jesús Se introdujera en Jerusalén de incógnito, y Se mantuviera a cubierto de las autoridades, que estaban dispuestas a eliminarle. En vez de eso, entró de tal manera que atrajo la atención de toda la gente. Una de las cosas más peligrosas que una persona puede hacer es dirigirse a un pueblo y decirle que todas sus ideas están equivocadas. Cualquiera que intente desarraigar los sueños nacionalistas de un pueblo se está buscando problemas. Pero eso fue precisamente lo que hizo Jesús. Aquí Le vemos haciendo la última llamada del amor, y haciéndola con un coraje verdaderamente heroico.

LA CALMA ANTES DE LA TEMPESTAD

Marcos 11:11

Y Se adentró en Jerusalén y entró en el Templo. Después de mirarlo todo alrededor, como ya era tarde, Se fue a Betania con los Doce.

Este sencillo versículo nos muestra dos cosas que eran características de Jesús.

(i) Nos muestra a Jesús decidiendo Su táctica. Todo el ambiente de los últimos días era de deliberación. Jesús no Se estaba metiendo inconscientemente en peligros desconocidos. Todo lo hacía con los ojos bien abiertos. Cuando miró todo alrededor era como un general que estudiará la fuerza del enemigo y sus propios recursos para la batalla decisiva.

(ii) Nos muestra cómo recibía Jesús Su fuerza. Volvió a la paz de Betania. Antes de enfrentarse con los hombres buscó la presencia de Dios. El secreto de Su coraje era que tenía un encuentro con Dios cada día antes de salir al encuentro con los hombres.

Este breve pasaje nos muestra también algo acerca de los Doce. Todavía estaban con Él. Por entonces ya se habían dado cuenta perfectamente de que Jesús estaba jugándose la vida. Así les parecía a ellos. Algunas veces los criticamos por su falta de lealtad en los últimos días; pero es una prueba a su favor que, comprendiendo tan poco lo que estaba pasando, todavía se mantuvieron con Él.

LA HIGUERA ESTÉRIL

Marcos 11:12-14, 20-21

Cuando al día siguiente iban saliendo de Betania, Jesús tenía hambre. Vio una higuera frondosa en la distancia; y Se dirigió a ella para ver si tenía algún fruto. Cuando Se acercó, vio que no tenía más que hojas, porque todavía no era el tiempo de los higos. Y Jesús le dijo: –¡Que nadie coma nunca tu fruto! Y Sus discípulos Le oyeron decirlo.

Cuando. iban pasando por la carretera al día siguiente de madrugada vieron que la higuera se había secado, desde sus raíces. Pedro se acordó de lo que Jesús había dicho el día antes y dijo: -¡Maestro! ¡Fíjate! ¡La higuera que maldijiste se ha secado!

Aunque la historia de la higuera se encuentra separada en dos partes en Marcos, la tomamos en conjunto. La primera parte sucedió la mañana del primer día, y la segunda parte la mañana del día siguiente, y cronológicamente la Purificación del Templo sucedió entre ambas partes. Pero, como estamos tratando de descubrir el sentido de la historia, lo mejor será que las consideremos juntas.

No cabe duda que, sin excepción, esta es la historia evangélica más difícil de entender. El tomarla literalmente como un reportaje de algo que sucedió tal como se nos cuenta presenta dificultades que nos parecen insuperables.

(i) La historia no parece cierta. Francamente, todo el incidente no parece digno de Jesús. Parece haber una cierta petulancia en el relato. Es la clase de historias que se cuentan de ciertos milagreros, pero nunca de Jesús. Además, tenemos esta dificultad fundamental: Jesús siempre Se había negado a usar Sus poderes milagrosos en Su propio provecho. No quiso convertir las piedras en pan para saciar Su propia hambre. Se negaba a usar Sus poderes milagrosos para escaparse de Sus enemigos. Él no usó nunca Su poder en Su propio provecho. Y sin embargo aquí parece usar Su poder para destruir un árbol que Le había defraudado cuando tenía hambre.

Ayúdanos a continuar sembrando La Palbara de Dios

WebDedicado ha sido autorizado a recaudar los fondos para continuar con La Gran Comisión


Deja el primer comentario

Otros artículos de Nuestro Blog

Que pueden ser de interés para ti de acuerdo a tus lecturas previas.