24.50-53 Mientras los discípulos estaban parados y mirando, Jesús empez o a ascender en el aire y pronto desapareci o en el cielo. Ver partir a Jesús debi o haber sido terrible, aunque sabían que mantendría su promesa de estar con ellos a través del Espíritu Santo. Este mismo Jesús, que vivi o con los discípulos, que muri o y resucit o de entre los muertos, nos ama y ha prometido estar con nosotros siempre. Podemos conocerle cada vez más mediante el estudio de las Escrituras, de la oración y por dejar que el Espíritu Santo nos ayude a ser como El es.
24.51 Cuando Jesús volvi o al cielo, su presencia física abandon o a los discípulos (Act_1:9), pero el Espíritu Santo lleg o muy pronto para consolarles y darles el poder que necesitaban para esparcir las buenas nuevas de salvación (Act_2:1-4). Hoy, la obra de salvación de Jesús está consumada y El está sentado a la diestra de Dios donde posee toda autoridad, en el cielo y en la tierra.
24.53 El Evangelio de Lucas describe a Jesús como el ejemplo perfecto de una vida conforme al plan de Dios: su niñez la vivi o en obediencia a sus padres y asombr o a los líderes religiosos en el templo, como adulto sirvi o a Dios y a otros a través de la predicación y la sanidad, y finalmente sufri o sin quejarse cuando lo condenaron. Este énfasis se ajustaba muy bien a la mentalidad de una audiencia griega que admiraba los altos valores relacionados con el ejemplo y el autodesarrollo, y que a menudo discutía el tema de la perfección. A los griegos, sin embargo, les era difícil entender la importancia espiritual del mundo físico. Para ellos, lo espiritual fue siempre más importante que lo físico. Para ayudarles a comprender al Dios-Hombre, que unía lo físico y lo espiritual, Lucas enfatiza que Jesús no fue un fantasma, sino realmente un ser humano que aliment o y san o gente porque le preocupaba tanto su salud física como el estado de sus almas.
Como creyentes que vivimos de acuerdo al plan de Dios, también debiéramos obedecer a nuestro Señor en cada detalle, en nuestra preocupación de restaurar el cuerpo de las personas, así como también sus almas, para que tengan la sanidad y la salvación de Dios que les está reservada. Si queremos saber cómo tener una vida perfecta, miremos a Jesús como nuestro ejemplo.
Lucas 24:13-35
La historia que estos versículos contienen ha sido referida solamente en el Evangelio de S. Lucas. De todas las once apariciones que Cristo efectu o después de su resurrección, ninguna es tan interesante como la de que trata el pasaje de que nos ocupamos.Notemos el estímulo que en estos versículos se presenta a los creyentes para que hablen entre sí acerca de Jesucristo. Se nos dice que dos discípulos iban de camino para Emmaús, y hablaban de la crucifixión de su Maestro. Y después encontramos estas palabras notables: “Y preguntándose el uno al otro, el mismo Jesús se llegó, e iba con ellos juntamente.”
La conversación sobre asuntos espirituales es un medio de gracia de la mayor importancia. Así como con el hierro se aguza el hierro, la mente de los creyentes recibe un impulso de la comunicación recíproca de sus pensamientos. Todos los que practican ese canje de ideas reciben bendiciones especiales. Las siguientes palabras de Malaquías fueron escritas para provecho de la iglesia en todos los siglos: “Entonces los que temen a Jehová hablaron cada uno a su compañero. Y Jehová escuchó, y oyó, y fue escrito libro de memoria delante de él para los que temen a Jehová, y para los que piensan en su nombre. Y serán míos, dijo Jehová de los ejércitos, en el día que yo tengo de hacer tesoro.”…. Mal_3:16-17.
¿Tenemos entrevistas con los demás cristianos para conversar sobre asuntos espirituales? Quizá leemos la Biblia, oramos en secreto y concurrimos a los actos del culto público. Todo esto es bueno, muy bueno; mas si no pasamos de ahí dejamos de hacer uso de un gran privilegio. Debemos “considerarnos los unos a los otros para provocarnos a amor y a buenas obras.” Debemos “exhortarnos” y ‘’edificarnos” mutuamente. Heb_10:24; 1 Tes.
Heb_5:11. ¿O es que no tenemos tiempo para semejantes entrevistas? Meditémoslo bien: pensemos en el tiempo que gastamos en conversaciones frívolas, ociosas, de ningún provecho: ¿O es que no hallamos nada que decir sobre asuntos espirituales, y que sentimos que somos mudos y la lengua nos pesa para hablar acerca de Jesucristo? Si así fuere, algo de malo debe existir en nuestro interior. El que tiene un corazón recto delante de Dios por lo general tendrá como expresarse. “De la abundancia del corazón habla la boca.” Mat_12:34.
Aprovechemos la lección que contiene la historia de los dos viandantes que iban a Emmaús. Hablemos acerca de Jesús cuando estemos en la casa, cuando andemos por el camino, y siempre que nos encontremos con algún discípulo con quien podamos conversar. Si creemos que estamos encaminándonos al cielo donde Cristo será el objeto principal de nuestro pensamiento, acostumbrémonos desde acá en la tierra a las prácticas del cielo.
Observemos, en segundo lugar, cuan ligero e imperfecto era el conocimiento de algunos de los discípulos de nuestro Señor. Se nos cuenta que los dos discípulos confesaron francamente que la crucifixión de Cristo había frustrado sus esperanzas. “Nosotros esperábamos,” dijeron, “que él era el que habían de redimir a Israel.” Según parece, lo que ellos esperaban era una especie de redención política de la nación judía por medio de un conquistador. La redención espiritual por medio de una muerte expiatoria era una idea que ellos no comprendían del todo.