Levítico 26: Bendiciones de la obediencia

Consecuencias de la desobediencia

Levítico 26:14 Pero si no me oyereis, ni hiciereis todos estos mis mandamientos,

Pero si no me oyereis. Es muy probable que estos pasajes se refieran a una antigua ceremonia que permitía al pueblo aprender y recitar las leyes sobre bendiciones y maldiciones mediante la declamación de las promesas del pacto. La respuesta del pueblo ante la iniciativa divina determinaría su futura relación con Dios. él los invita a aceptar los términos del pacto.

Levítico 26:15 y si desdeñareis mis decretos, y vuestra alma menospreciare mis estatutos, no ejecutando todos mis mandamientos, e invalidando mi pacto,

Levítico 26:16 yo también haré con vosotros esto: enviaré sobre vosotros terror, extenuación y calentura, que consuman los ojos y atormenten el alma; y sembraréis en vano vuestra semilla, porque vuestros enemigos la comerán.

Levítico 26:17 Pondré mi rostro contra vosotros, y seréis heridos delante de vuestros enemigos; y los que os aborrecen se enseñorearán de vosotros, y huiréis sin que haya quien os persiga.

Levítico 26:18 Y si aun con estas cosas no me oyereis, yo volveré a castigaros siete veces más por vuestros pecados.

Si los israelitas obedecían, había paz en la tierra. Si desobedecían, habría desastres. Dios usó las consecuencias del pecado para llevarlos al arrepentimiento, no para vengarse de ellos. Hoy, las consecuencias del pecado no son siempre tan evidentes. Cuando nos azota la calamidad quizá ni siquiera sepamos la razón. Puede ser

(1) el resultado de nuestra propia desobediencia,

(2) el resultado del pecado de otro,

(3) el resultado de un desastre natural.

Ya que no sabemos, tenemos que buscar en nuestros corazones para ver si estamos en paz con Dios. Su Espíritu, como un gran reflector, revelará aquellas áreas en las que tenemos que trabajar. Debido a que la calamidad no es siempre el resultado de haber hecho algo malo, debemos evitar culparnos por cada tragedia que enfrentemos. Una culpa que no nos corresponde es una de la armas favoritas de Satanás contra los creyentes.

Levítico 26:19 Y quebrantaré la soberbia de vuestro orgullo, y haré vuestro cielo como hierro, y vuestra tierra como bronce.

Levítico 26:20 Vuestra fuerza se consumirá en vano, porque vuestra tierra no dará su producto, y los árboles de la tierra no darán su fruto.

Levítico 26:21 Si anduviereis conmigo en oposición, y no me quisiereis oír, yo añadiré sobre vosotros siete veces más plagas según vuestros pecados.

Levítico 26:22 Enviaré también contra vosotros bestias fieras que os arrebaten vuestros hijos, y destruyan vuestro ganado, y os reduzcan en número, y vuestros caminos sean desiertos.

Levítico 26:23 Y si con estas cosas no fuereis corregidos, sino que anduviereis conmigo en oposición,

Levítico 26:24 yo también procederé en contra de vosotros, y os heriré aún siete veces por vuestros pecados.

Levítico 26:25 Traeré sobre vosotros espada vengadora, en vindicación del pacto; y si buscareis refugio en vuestras ciudades, yo enviaré pestilencia entre vosotros, y seréis entregados en mano del enemigo.

Levítico 26:26 Cuando yo os quebrante el sustento del pan, cocerán diez mujeres vuestro pan en un horno, y os devolverán vuestro pan por peso; y comeréis, y no os saciaréis.

Levítico 26:27 Si aun con esto no me oyereis, sino que procediereis conmigo en oposición,

Levítico 26:28 yo procederé en contra de vosotros con ira, y os castigaré aún siete veces por vuestros pecados.

Levítico 26:29 Y comeréis la carne de vuestros hijos, y comeréis la carne de vuestras hijas.

Levítico 26:30 Destruiré vuestros lugares altos, y derribaré vuestras imágenes, y pondré vuestros cuerpos muertos sobre los cuerpos muertos de vuestros ídolos, y mi alma os abominará.

Levítico 26:31 Haré desiertas vuestras ciudades, y asolaré vuestros santuarios, y no oleré la fragancia de vuestro suave perfume.

Levítico 26:32 Asolaré también la tierra, y se pasmarán por ello vuestros enemigos que en ella moren;

Levítico 26:33 y a vosotros os esparciré entre las naciones, y desenvainaré espada en pos de vosotros; y vuestra tierra estará asolada, y desiertas vuestras ciudades.

Levítico 26:34 Entonces la tierra gozará sus días de reposo, todos los días que esté asolada, mientras vosotros estéis en la tierra de vuestros enemigos; la tierra descansará entonces y gozará sus días de reposo.

Levítico 26:35 Todo el tiempo que esté asolada, descansará por lo que no reposó en los días de reposo cuando habitabais en ella.

La advertencia hecha en estos versículos se hizo realidad. El pueblo persistió en su desobediencia, y a la larga fue conquistado y llevado a las tierras de Asiria y Babilonia. La nación permaneció en cautiverio por setenta años, en compensación por todos los años que los israelitas no observaron la ley del año sabático

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