La Verdad desnuda

Hace mucho tiempo andaba la Verdad por las calles, en los pueblos, tratando de hablar con la gente, pero la gente no la quería, la despreciaban solamente por las ropas que llevaba. La Verdad andaba con harapos, sin lujos, sin pretensiones, tan simple, pura y sencilla como la Verdad.

La Verdad siempre trataba de acercarse a la gente, de entrar en sus hogares, pero siempre fue despreciada y humillada, pues nadie la quería por sus vestiduras harapientas.

Un día la Verdad andaba caminando y llorando, muy triste por todo esto, hasta que de repente se encuentra a alguien muy alegre, divertido, vestido con colores muy llamativos y elegantes y toda la gente la saludaba!… Era la Parábola!

…Y la Parábola ve a la Verdad y le dice:  Verdad, ¿por qué lloras?

La Verdad le responde: La gente me desprecia y me humilla! Nadie me quiere ni me aceptan en sus casas!

La Parábola le dice: Claro, Verdad… Te entiendo; lo que pasa es que tienes que vestirte como yo, con colores y bien elegante….y verás el cambio.

Parábola le prestó uno de sus vestidos a Verdad y desde ese día, como un milagro, de repente, la Verdad fue aceptada por la gente y era querida por todos…

Nadie acepta la Verdad desnuda. Todos la prefieren disfrazada con ropas de Parábola.

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