Isaías 36:12 Dijo el copero mayor: –¿Acaso me envió mi Señor a que dijera estas palabras a ti y a tu Señor, y no a los hombres que están sobre el muro, expuestos a comer su estiércol y beber su orina lo mismo que vosotros?
Isaías 36:13 Entonces el copero mayor se puso en pie y gritó a gran voz en la lengua de Judá, diciendo: –¡Oíd las palabras del gran rey, el rey de Asiria!
Isaías 36:14 El rey dice así: “No os engañe Ezequías, porque no os podrá librar.
Isaías 36:15 Ni os haga Ezequías confiar en Jehová, diciendo: ‘Ciertamente Jehová nos librará; no será entregada esta ciudad en manos del rey de Asiria’.
Isaías 36:16 ¡No escuchéis a Ezequías!, porque así dice el rey de Asiria: ‘Haced conmigo la paz y salid a mí; y coma cada uno de su viña, cada uno de su higuera, y beba cada cual las aguas de su pozo,[k]
Isaías 36:17 hasta que yo venga y os lleve a una tierra como la vuestra, tierra de grano y de vino, tierra de pan y de viñas’.
Senaquerib intentó otra conspiración más para desmoralizar al pueblo. Apeló a la ciudad hambrienta que estaba bajo sitio al ofrecerles que si se rendían los trasladaría a una tierra donde abundaba la comida. Los métodos asirios respecto al trato que se les daba a las naciones conquistadas era de reubicar a sus habitantes y luego trasladar a otros pueblos sometidos a la tierra recién conquistada. Esto proporcionaba efectivos militares para sus ejércitos y evitaba revueltas en los territorios conquistados.
Isaías 36:18 Mirad que no os engañe Ezequías diciendo: ‘Jehová nos librará’. ¿Acaso alguno de los Dioses de las naciones ha librado su tierra de manos del rey de Asiria?
Isaías 36:19 ¿Dónde está el Dios de Hamat y de Arfad? ¿Dónde está el Dios de Sefarvaim? ¿Libraron ellos a Samaria de mis manos?[l]
Isaías 36:20 ¿Qué Dios hay entre los Dioses de estas tierras que haya librado su tierra de mis manos, para que Jehová libre de mis manos a Jerusalén?”.
Rabsaces profirió sus amenazas en lengua de Judá en lugar de en arameo , el idioma de la diplomacia, para así intimidar a los soldados que estaban sobre el muro. En ellas expresa dudas sobre la integridad de Ezequías y hace referencia a las supuestamente incontables victorias militares de Asiria. La arrogancia con que habló del Señor, a quien pretendía representar, sería la causa de su caída. Hamat y Arfad eran ciudades sirias que cayeron en manos de Asiria entre los años 740 y 722 a.C. Sefarvaim : Ciudad de ubicación desconocida.
Rabsaces dijo que los Dioses de otras ciudades que conquistó, no fueron capaces de salvar a sus pueblos, por lo tanto, ¿cómo podía salvarlos el Dios de Jerusalén? Se suponía que Jehová era el Dios de Samaria (reino del norte) y esta cayó. Sin embargo, Jehová era el Dios de Samaria solo de nombre, ya que el pueblo no lo adoraba. Por esto los profetas predijeron la caída de Samaria. Sin embargo, por amor a su nombre y por amor de David, el Señor rescataría a Judá del ejército asirio