Jue 9:48 Entonces subió Abimelec al monte de Salmón, él y toda la gente que con él estaba; y tomó Abimelec un hacha en su mano, y cortó una rama de los árboles, y levantándola se la puso sobre sus hombros, diciendo al pueblo que estaba con él: Lo que me habéis visto hacer, apresuraos a hacerlo como yo.
El monte de Salmón puede que se refiera al monte Gerizim o al monte Ebal.
Jue 9:49 Y todo el pueblo cortó también cada uno su rama, y siguieron a Abimelec, y las pusieron junto a la fortaleza, y prendieron fuego con ellas a la fortaleza, de modo que todos los de la torre de Siquem murieron, como unos mil hombres y mujeres.
Jue 9:50 Después Abimelec se fue a Tebes, y puso sitio a Tebes, y la tomó.
Tebes estaba probablemente localizada al noreste de Siquem. Aparentemente, esta ciudad había caído bajo el control de Abimelec, pero se unió a la revuelta en su contra.
Jue 9:51 En medio de aquella ciudad había una torre fortificada, a la cual se retiraron todos los hombres y las mujeres, y todos los señores de la ciudad; y cerrando tras sí las puertas, se subieron al techo de la torre.
Jue 9:52 Y vino Abimelec a la torre, y combatiéndola, llegó hasta la puerta de la torre para prenderle fuego.
Jue 9:53 Mas una mujer dejó caer un pedazo de una rueda de molino sobre la cabeza de Abimelec, y le rompió el cráneo.
Rueda de molino : Parte de un molino de mano que rota, que transforma el grano en harina.
En tiempos de batalla, a veces se les pedía a las mujeres que se unieran a los hombres en el muro de la ciudad y dejaran caer objetos pesados sobre los soldados que estaban abajo. Una piedra de molino sería un objeto ideal para este propósito. Era una piedra redonda de unos 45 cm de diámetro con un hoyo en el centro. Las piedras de molino se utilizaban para moler el grano y transformarlo en harina. El grano se colocaba entre dos piedras. La piedra superior se hacía girar, moliendo el grano.
La muerte de Abimelec fue especialmente humillante: murió a manos de una mujer, no en combate; y fue muerto con una herramienta de granja en lugar de un arma. Por lo tanto, Abimelec pidió a su escudero que lo atravesara con su espada antes de morir por el golpe de la piedra de molino.
Jue 9:54 Entonces llamó apresuradamente a su escudero, y le dijo: Saca tu espada y mátame, para que no se diga de mí: Una mujer lo mató. Y su escudero le atravesó, y murió.
Una mujer lo mató : Morir a manos de una mujer representaba una desgracia en el antiguo Cercano Oriente.
Jue 9:55 Y cuando los israelitas vieron muerto a Abimelec, se fueron cada uno a su casa.
Jue 9:56 Así pagó Dios a Abimelec el mal que hizo contra su padre, matando a sus setenta hermanos.
Pagó Dios : Como verdadero Rey de Israel, Dios mantenía en sus manos el dominio de la situación durante la destrucción de Jerusalén y la muerte de Abimelec.
Jue 9:57 Y todo el mal de los hombres de Siquem lo hizo Dios volver sobre sus cabezas, y vino sobre ellos la maldición de Jotam hijo de Jerobaal.
La maldición : Las palabras de Jotam se identifican aquí como el juicio de Dios.
Gedeón, el padre de Abimelec, tuvo éxito en las batallas militares, pero en ocasiones fracasó en sus luchas personales. Gedeón no fue condenado por tomar una concubina, pero los problemas familiares que surgieron a raíz de esa relación son obvios.