Jueces 9: Reinado de Abimelec

La traición llega a su máxima manifestación pública en la fiesta de la cosecha de la uva. Bajo la influencia de la comida, el vino y el convivio, los siquemitas maldicen a Abimelec en el templo de su dios (en el contexto la traducción en el singular es preferible), el mismo templo de donde tomaron la plata para que Abimelec contratara a los asesinos de sus hermanos.

Gaal encabeza la manifestación subversiva. Utiliza preguntas retóricas para ganar apoyo, así como Abimelec lo había hecho. Las diferencias entre el Texto Masorético y el Targum no afectan mucho la interpretación del discurso de Gaal. Irónicamente, Gaal, hijo de Siervo (“Ebed” es de la misma raíz que “servir”, el verbo repetido tres veces aduce que los siquemitas no deben servir a “Mi-padre-es-rey” (“Abimelec”) a causa de su ascendencia. Implica que el rey debe ser descendiente de Hamor, el padre heveo de la ciudad. Luego expresa su anhelo de ayudar al pueblo en contra de Abimelec, si solo tuviera la autoridad para hacerlo.

La demagogia de Gaal es otra manifestación de la justicia de Dios. Los mismos argumentos que Abimelec había usado ahora se emplean en su contra. El había llegado al poder señalando que era hermano de los siquemitas, mientras los hijos de Gedeón eran de otro pueblo. Ahora Gaal señala que Abimelec también es hijo de Jerobaal, no un verdadero hijo de Hamor. Ilógicamente, luego ofrece detentar el poder, aunque él no es de Siquem en ningún sentido.

Abimelec no está presente para oír las palabras subversivas de Gaal, y Gaal no toma pasos para convertirlas en acciones. Sin embargo, en su crítica incluye a Zebul, el alcalde nombrado por Abimelec. Al enterarse, Zebul secretamente envía mensajeros a Abimelec para informarle y para recomendarle una acción militar sorpresiva contra el partido de Gaal. Zebul no contempla una batalla contra toda la ciudad, sino solamente contra Gaal y sus seguidores. La enmienda “en Aruma” en el no tiene apoyo en ningún manuscrito o versión antigua.

Masacre en Siquem

Abimelec sigue el consejo de Zebul, escondiendo las emboscadas en los montes Ebal y Gerizim hasta que Gaal se asoma a la puerta de la ciudad en la mañana. Las emboscadas de Abimelec corresponden al acecho de los siquemitas contra él (en heb. “acecho” y “emboscada” son la misma palabra). ¡El fuego mutuo de la maldición de Jotam está consumiendo!

El ataque desde afuera es auxiliado por la astucia de Zebul desde adentro. Cuando Gaal ve al ejército, Zebul siembra dudas en su mente, retrasando así sus preparativos para defenderse . Luego, cuando Gaal se convence que en efecto se acercan guerreros, Zebul le echa en cara las palabras con que ha menospreciado a Abimelec y su ejército. A consecuencia de este desafío público, Gaal se halla obligado a salir a pelear en campo abierto en vez de quedarse prudentemente detrás de los muros de Siquem. En contextos militares gente se refiere a ejércitos.

En varias culturas la expresión “el ombligo de la tierra”; ver la nota) se ha usado del centro religioso del mundo, el vínculo principal entre el cielo y la tierra.

Ezequiel la emplea de la tierra de Israel en general, pero aquí denomina algún sitio más específico, probablemente el monte Gerizim. Este fue el monte de bendición, y todavía en los tiempos de Jesús los habitantes de la región lo consideraban el mejor lugar para adorar a Dios. La ubicación de la encina de los Adivinos es desconocida.

Gaal y los mismos señores de Siquem que apoyaron a Abimelec para ser rey salen a la batalla contra Abimelec. Repelidos, sufren muchas bajas en su retirada. Gaal y sus seguidores quedan debilitados y desacreditados, y el partido de Zebul fortalecido, de tal suerte que éste logra expulsar a aquéllos. A la luz del contexto Aruma debe ser una ciudad cerca de Siquem.

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