Jueces 6: Llamamiento de Gedeón

La opresión consistía en una incursión anual. En la época de la cosecha los nómadas invadían Israel para llevar el producto agrícola y los animales domesticados. Cruzando el Jordán, pasaban en ola arrasadora por el fértil valle de Jezree; esta región había sido abierta para la agricultura israelita por la victoria sobre Jabín, y luego descendían por la costa hasta Gaza. Venían como una plaga de langostas, no solamente por su número, sino también por su procedencia del desierto y por su efecto devastador. Su poderío militar se debía en parte a sus camellos. Esta es la historia más antigua conocida del empleo del camello a grande escala en una campaña militar. Los madianitas en los tiempos de Moisés no usaban muchos camellos todavía, sino asnos.

Aterrorizados, los israelitas huyeron a las montañas, donde estaban reducidos a vivir en las cuevas. Allí protegían su vida, sus cosechas y animales. La palabra traducida escondrijos es oscura. Posiblemente se refiera a hendiduras hechas en la roca por los ríos, o a una especie de atalaya de donde los israelitas enviaban señales mediante antorchas.

A pesar de estas medidas los madianitas dejaban a Israel sin alimentos. La lista ni ovejas, ni toros, ni asnos representaba todos los animales de valor en la economía israelita. El saqueo de las cosechas y de los animales era parte de la maldición por desobedecer el pacto con Jehová. Desde la pobreza causada por siete años de invasiones, el pueblo de Jehová volvió a su Dios, clamando por socorro.

En las historias de Otoniel y Ehud el clamor es seguido de inmediato por la noticia de que Jehová levantó un libertador. En la historia de Débora y Barac no hay semejante noticia. Más bien, después del reporte del clamor es necesario leer para estar seguro que Dios dará liberación. La demora se debe en parte al titubeo del líder militar llamado por Jehová. En la presente historia la demora es aún mayor. De hecho, la primera respuesta de Jehová al clamor de Israel da la impresión que no los va a socorrer. Luego, debido a las dudas de Gedeón, es que el lector se asegura que Dios realmente dará liberación.

En respuesta al clamor, Jehová envía un profeta. Se introduce en la misma parte de la historia que el relato acerca de la profetisa Débora. No obstante, a diferencia de ella, no llama al libertador, sino acusa a Israel de infidelidad al pacto con Jehová. Repasa las obras de Jehová a favor de Israe y resume el pacto. Aquí los amorreos son los pueblos de Canaán en general. Jehová había cumplido a cabalidad con su parte del pacto, pero Israel no había cumplido con la parte suya. Este mensaje nos deja con la impresión que esta vez Dios no librará a Israel.

Liberación

La historia de Gedeón tiene dos partes principales, con contrastes importantes entre ellas. La primera parte describe a un Gedeón temeroso e inseguro. Jehová le da a él y a sus 300 milicianos victoria en un ataque sorpresivo contra el campamento madianita. La primera parte concluye con la ejecución de dos líderes madianitas y un epílogo que resalta la humildad de Gedeón. La segunda parte principa describe a un Gedeón temerario y seguro de sí mismo. Con sus 300 hombres realiza otro ataque sorpresivo con éxito contra el campamento madianita, pero esta vez no se habla de intervención divina. Esta parte concluye con la ejecución de otros dos líderes madianitas y con un epílogo en el cual Gedeón parece ser humilde pero cae en un error serio. La segunda parte termina donde la primera comenzó: con idolatría en Ofra.

Dios llama a los ocupados

Sin duda Dios llama a ciertos hombres para que le sirvan en diferentes tareas. La Biblia ofrece algunas características del llamamiento y ésta es una muy típica: estar cumpliendo con su deber al tiempo de ser llamado. Así fue con los profetas en el AT, y así fue con los apóstoles del NT. Raramente, o quizá nunca, llama Dios al desocupado o al ocioso.

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