Jue 6:35 Y envió mensajeros por todo Manasés, y ellos también se juntaron con él; asimismo envió mensajeros a Aser, a Zabulón y a Neftalí, los cuales salieron a encontrarles.
Jue 6:36 Y Gedeón dijo a Dios: Si has de salvar a Israel por mi mano, como has dicho,
Jue 6:37 he aquí que yo pondré un vellón de lana en la era; y si el rocío estuviere en el vellón solamente, quedando seca toda la otra tierra, entonces entenderé que salvarás a Israel por mi mano, como lo has dicho.
Jue 6:38 Y aconteció así, pues cuando se levantó de mañana, exprimió el vellón y sacó de él el rocío, un tazón lleno de agua.
Jue 6:39 Mas Gedeón dijo a Dios: No se encienda tu ira contra mí, si aún hablare esta vez; solamente probaré ahora otra vez con el vellón. Te ruego que solamente el vellón quede seco, y el rocío sobre la tierra.
¿Estaba Gedeón probando a Dios, o simplemente le estaba pidiendo más valor? En cualquiera de los casos, aunque su motivo era correcto (obedecer a Dios y derrotar al enemigo), su método era menos que ideal. Gedeón parece haber sabido que sus peticiones desagradarían a Dios. Además, él exigió dos milagros aún después de ser testigo del milagroso fuego de la peña. Es verdad que para tomar buenas decisiones necesitamos hechos. Gedeón tenía todos los hechos, pero aún así dudaba. Se tardó en obedecer a Dios porque quería todavía más pruebas.
Demandar señales adicionales era un indicio de incredulidad. A menudo, el temor nos hace que esperemos más confirmación cuando deberíamos entrar en acción. Las señales visibles no son necesarias si solamente están confirmando lo que ya sabemos que es verdad.
Actualmente el medio más importante por el que nos guía Dios es su Palabra, la Biblia. A diferencia de Gedeón, tenemos la Palabra de Dios completa y revelada. Si usted quiere tener más dirección de Dios, no pida señales; estudie la Biblia.
Después de ver el milagro del vellón húmedo, ¿por qué pidió Gedeón otro milagro? Quizá pensó que el resultado de la primera prueba podía haber sucedido en forma natural. Un vellón grande de lana podía retener humedad mucho tiempo después de que el sol hubiera secado la tierra que lo rodeaba. El «colocar vellones» es un método deficiente para tomar decisiones. Aquellos que lo hacen ponen limitaciones a Dios. Le piden que llene sus expectativas. Los resultados de tales experimentos quedan por lo común inconclusos y por ende nos hacen más desconfiados acerca de nuestras decisiones. No permita que un «vellón» se vuelva un sustituto para la sabiduría de Dios que proviene a través del estudio de la Biblia y de la oración.
Gedeón
La mayoría de nosotros queremos conocer los planes que Dios tiene para nuestras vidas, pero no siempre estamos seguros de cómo encontrarlos. Un malentendido común es la idea de que la dirección de Dios vendrá a nosotros como caída del cielo, que no tendrá nada que ver con lo que estamos haciendo ahora. Pero si siempre estamos mirando a nuestro alrededor buscando la próxima tarea que Dios nos quiera asignar, corremos el riesgo de arruinar aquello en lo que estamos trabajando en este momento. Afortunadamente, la Biblia nos señala un tipo de dirección que no pone en peligro nuestros proyectos actuales. En las descripciones que hace la Biblia de cómo Dios guió a mucha gente, podemos ver que a menudo el llamado de Dios llega cuando la gente está completamente inmersa en el desafío del momento. Un buen ejemplo de esta clase de dirección se ve en la vida de Gedeón.
Gedeón tenía una visión limitada, pero estaba comprometido con ella. Su reto era obtener comida para su familia aun cuando los hostiles invasores estaban haciendo prácticamente imposible el crecimiento, la recolección y la preparación del alimento. Gedeón era un hombre de recursos. Dio al lagar un doble propósito al convertirlo en un piso hundido para trillar. Carecía de ventilación para soplar la barcia, pero al menos estaba oculto de los madianitas. Estaba trillando cuando Dios le envió un mensajero con un desafío.