Comprometidos a Sembrar La Palabra de Dios

Josué 23: Ultimos dias de Josué

Las «naciones» (goyim), mencionadas siete veces en este capítulo, son presentadas como un problema, pero al tiempo este problema se convertirá en una oportunidad, dependiendo de la relación que Israel establezca con ellas. La mayoría de las naciones existentes en Canaán en el tiempo de la llegada de los hebreos fueron absorbidas en Israel durante el tiempo de David. El término naciones, y las listas de naciones que se mencionan en varios pasajes de Josué como también en otros libros del AT, usan una “palabra código” que se refiere a los poderes de influencia política, cultural, económica y religiosa que pueden afectar negativamente a Israel. A la vez pueden ser objeto de la misericordia de Dios manifestada a través del mensaje que este pueblo debe proclamar comenzando con su testimonio de fidelidad a Jehová. El término “pueblos” (heb., am;) se refiere a quienes viven bajo la influencia de estos poderes. Las naciones a las que se refiere son de dos tipos: las que fueron derrotadas y las que sobrevivieron, cuyos pueblos están bajo la influencia de los dioses de esas naciones.

Este discurso de Josué toca tres temas clave para la vida del pueblo de Israel:

Destrucción de poderes en Canaán

En primer lugar lo que ha hecho Jehová es desarmar a los poderes que estaban presentes en Canaán cuando llegaron los hebreos. Esto es presentado como una realidad pero también como una esperanza. Las victorias sobre las naciones eran un resultado de la misericordia de Jehová, una bendición realizada por puro amor. Ahora estas misericordias debían ser recordadas siempre con el fin de afirmar su fidelidad al Dios que los liberó para hacerlos un pueblo nuevo en Canaán.

Riesgos para el pacto con Jehová

El segundo tema consiste en las advertencias acerca de los riesgos y peligros de vivir en la tierra prometida. Ya el autor había hecho referencia a estos peligros en la historia de Acán. La historia de los gabaonitas también subrayaba la necesidad de precaución con la cultura cananea. En este capítulo el autor se enfoca en el núcleo del problema: las tentaciones que los dioses de los poderes de estas naciones presentan a los líderes del pueblo. Estas tentaciones pueden tomar la forma de ideologías y estructuras opresivas, de confusiones colectivas (compárese el «espíritu de prostitución», o de idolatrías en búsqueda de seguridad, riqueza, poder, etc. Todas estas fuerzas demoníacas existen aún en la tierra prometida.

Presenta cuatro tentaciones que evidencian una progresión que puede llevar a sujeción a los poderes mencionados. Una tentación es mencionar los nombres de los poderes, porque esto puede conllevar a una relación que implique caminar en sus caminos. Cuando Israel olvidó el nombre de Jehová, el propósito de Dios en el llamado de este pueblo se frustró. Los santuarios de Israel fueron lugares donde el nombre de Dios era recordado y enaltecido; de ahí que la sola mención del nombre de otros dioses conlleva infidelidad implícita por el valor que entre los hebreos se daba a la palabra pronunciada. No era una simple emisión de un sonido.

Otra tentación es el de jurar por esos dioses, ya que el juramento implicaba mencionar el nombre del dios que debía garantizar el voto que la persona hacía. Los acuerdos en la sociedad del pacto fueron hechos en el nombre de Jehová quien era el único nombre sobre el cual se podía jurar; posteriormente los israelitas juraron en el nombre de otros dioses lo cual confirma que la advertencia no estaba fuera de lugar.

La tercera tentación se refiere a rendir culto, lo cual incluye el amor, fidelidad y seguimiento. Servir a otros dioses significa que se está rompiendo el pacto con Jehová. Servir a Jehová era como un paradigma para que todas las naciones y pueblos lo vieran en Israel. Por lo tanto, ¿qué se puede esperar si el paradigma deja de serlo al servir a otros dioses? La lealtad debida a Jehová podía interrumpirse por ceder ante esta tentación.

La cuarta tentación es postrarse ante ellos; es decir, doblegarse física y espiritualmente ante esos poderes. La palabra postrarse (shajah)es usada en otros pasajes junto a servir (abad) tal como al hablar de Acab y en otros más con el mismo sentido. El pueblo de Israel esperaba el día en que todos los pueblos de la tierra se postraran ante Jehová, lo cual no se podía alcanzar si el pueblo estaba yendo en pos de otros poderes.

Ayúdanos a continuar sembrando La Palbara de Dios

WebDedicado ha sido autorizado a recaudar los fondos para continuar con La Gran Comisión


Deja el primer comentario

Otros artículos de Nuestro Blog

Que pueden ser de interés para ti de acuerdo a tus lecturas previas.