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Josué 17: La herencia de Manasés

Jos 17:15 Y Josué les respondió: Si sois pueblo tan grande, subid al bosque, y haceos desmontes allí en la tierra de los ferezeos y de los refaítas, ya que el monte de Efraín es estrecho para vosotros.

Aunque habían recibido las mayores porciones de territorio, las tribus de Efraín y Manasés comenzaron a protestar porque querían todavía más. Creían que no podían talar los bosques dentro de sus fronteras ni derrotar a los cananeos cuyas armas eran avanzadas.

Note las dos actitudes diferentes al poblar la tierra prometida. Caleb recibió lo que Dios le había dado y siguió adelante para cumplir el plan de Dios para él. Confiaba en que Dios le ayudaría a echar fuera los habitantes impíos y que pronto podría ocuparla plenamente. En contraste, las dos tribus de José recibieron muchas tierras ricas, pero tuvieron miedo de echar fuera a los habitantes y tomar plena posesión de ella. Más bien, solicitaron más tierra. Pero Josué les pidió que comprobaran su sinceridad al desmontar las áreas indómitas del bosque. Ellos dijeron estar de acuerdo, pero no lo hicieron.

Las tribus al oeste del Jordán: Judá, Efraín, y la otra media tribu de Manasés fueron las primeras tribus en recibir tierras al oeste del Jordán a causa de la fe que habían demostrado en el pasado. Las siete tribus restantes -Benjamín, Zabulón, Isacar, Aser, Neftalí, Simeón y Dan- tardaron mucho en conquistar y poseer el territorio que les asignaron.

Jos 17:16 Y los hijos de José dijeron: No nos bastará a nosotros este monte; y todos los cananeos que habitan la tierra de la llanura, tienen carros herrados; los que están en Bet-seán y en sus aldeas, y los que están en el valle de Jezreel.

No nos bastará : En el último censo, Efraín alcanzó la cifra de 32.500 personas; la media tribu de Manasés, 26.300; un número combinado de 58.800. La población de Dan, Zabulón e Isacar era mucho mayor, pero su territorio era considerablemente menor. Aparentemente, Israel juzgaba el valor del territorio por las ciudades allí establecidas y su área circundante más que por su extensión.

Jos 17:17 Entonces Josué respondió a la casa de José, a Efraín y a Manasés, diciendo: Tú eres gran pueblo, y tienes grande poder; no tendrás una sola parte,

Jos 17:18 sino que aquel monte será tuyo; pues aunque es bosque, tú lo desmontarás y lo poseerás hasta sus límites más lejanos; porque tú arrojarás al cananeo, aunque tenga carros herrados, y aunque sea fuerte.

La herencia de Manasés

En la repartición de tierra para cada tribu se tuvo en cuenta otorgar a cada una ciudades y aldeas, una combinación adecuada para la economía de las sociedades antiguas.

En tiempos de guerra los campesinos buscaban protección en las ciudades, mientras que en tiempos de cosechas los ciudadanos iban al campo para participar en la actividad de recolección y distribución del producto de la tierra.

En este capítulo se mencionan límites que son ríos o arroyos, elementos fundamentales para la supervivencia de los habitantes, en la medida que eran utilizados para riegos, mantenimiento de animales y consumo generalizado de la población.

Superando barreras en busca del bienestar de todos

Estos versículos recuerdan la promesa hecha a estas mujeres, hijas de Zelofejad, en cuando debido a su situación de huérfanas y no tener un hermano varón, estas mujeres se acercaron a Moisés para pedir que les fuese dada herencia entre sus hermanos de la tribu de Manasés. Ahora en esta ocasión se acercaron a Josué para solicitar el derecho de herencia que Moisés había prometido y que legalmente estaba restringido en favor de los varones. Las leyes de herencia cambiaron como resultado de su intervención y después de la consulta de Moisés con Jehová, quien en su justicia puede superar las leyes en favor de los más necesitados, que en este caso eran cinco mujeres. Este hecho permitió que la herencia no se limitara a la que sus esposos obtendrían por derecho propio, sino que se guardaba la herencia que la casa de su padre podía reclamar por derecho, sólo que mediante un varón. Las hijas se casaron con los hijos de sus tíos para que la herencia permaneciera dentro de la tribu de Manasés. Ahora al reclamar ante Josué lo que se les había permitido cuando aún vivía Moisés, estaban procurando la seguridad para las futuras generaciones que vendrían detrás de ellas. Al cabo, estas mujeres traían a las próximas generaciones en sus vientres y son símbolo de la fertilidad tanto de la tierra como de su pueblo. El ejemplo de ellas da un fuerte contraste con aquellas mujeres de Sión e Israel que solo se preocupaban por el presente placentero a costa de los pobres de la tierra.

La hijas de Zelofejad pueden ser consideradas como ejemplo de mujeres que en la actualidad luchan en favor, no de sus propios derechos en forma egoísta, sino por los derechos de generaciones futuras, respecto a las cuales no quieren que vivan el presente en forma repetida e incambiable.

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