Job 18:1 Bildad describe la suerte de los malos[a] Respondió Bildad, el suhita, y dijo:
La segunda vez que Bildad se dirige a Job lo critica severamente, se refiere a sus palabras como puro desvarío, y predice que éste, como pecador empedernido, será destruido si no se arrepiente. La imagen que traza, plagada de metáforas, es oscura y lúgubre.
Bildad pensó que sabía cómo debía gobernarse el universo y vio la vida de Job como una ilustración de las consecuencias del pecado. Rechazó la parte de la historia correspondiente a Job porque no encajaba en su punto de vista acerca de la vida. Es fácil condenar a Bildad ya que sus errores son obvios; desafortunadamente, sin embargo, a menudo nosotros reaccionamos de la misma manera cuando nuestras ideas se ven amenazadas.
Job 18:2 «¿Cuándo pondréis fin a las palabras? Pensad, y después hablemos.
Job 18:3 ¿Por qué somos tenidos por bestias y a vuestros ojos somos viles?
Job 18:4 Tú, que te destrozas en tu furor, ¿será abandonada la tierra por tu causa, o serán removidas de su lugar las peñas?
Bildad había dado antes buen consejo y ánimo a Job; aquí no usa nada sino reproches y declara su ruina. Concluye que Job debe sacar la providencia de Dios del manejo de los asuntos humanos, porque no reconoce que él mismo es un impío.
Job 18:5 »Ciertamente la luz del impío se apaga y no resplandecerá la llama de su fuego.
Job 18:6 La luz se oscurece en su casa y se apaga sobre él su lámpara.
Job 18:7 Sus pasos vigorosos se acortan y sus propios planes le hacen tropezar;
Job 18:8 porque un lazo está puesto a sus pies y entre redes camina;
Job 18:9 un cepo atrapa su talón y una trampa se afirma contra él.
Job 18:10 La cuerda está escondida en la tierra y la trampa lo aguarda en la senda.
Job 18:11 De todas partes lo asaltan temores y lo hacen huir desconcertado.
Job 18:12 El hambre desgasta sus fuerzas y a su lado está dispuesta la ruina.
Job 18:13 La enfermedad roe su piel y sus miembros devora el primogénito de la muerte.[b]
Job 18:14 De la confianza de su hogar es arrancado y es conducido al rey de los espantos.[c]
El «rey de los espantos» es una figura del discurso que se refiere a la muerte. Bildad veía a la muerte como un gran devorador, pero la Biblia nos enseña que Dios tiene el poder de devorar incluso a la muerte.
Job 18:15 En su hogar mora como si no fuera suyo; piedra de azufre es esparcida sobre su morada.
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