Jeremías 51:26 Y no tomarán de ti piedra angular, ni piedra para cimientos, pues desolación eterna serás–declara el Señor.
Jeremías 51:27 Levantad señal en la tierra, tocad trompeta entre las naciones. Reunid las naciones contra ella, convocad contra ella los reinos de Ararat, Mini y Asquenaz; nombrad contra ella capitán, haced subir caballos como langostas erizadas.
Tercer reclamo contra Babilonia
Jeremías 51:28 Reunid a las naciones contra ella, a los reyes de Media, a sus gobernadores, a todos sus magistrados y a toda la tierra de su dominio.
Jeremías 51:29 La tierra tiembla y se retuerce, porque se cumplen los designios del Señor contra Babilonia de hacer de la tierra de Babilonia una desolación, sin habitantes.
Jeremías 51:30 Han dejado de luchar los valientes de Babilonia, permanecen en las fortalezas; se han agotado sus fuerzas, se han vuelto como mujeres; han sido incendiadas sus moradas, rotos están sus cerrojos.
Jeremías 51:31 Un correo corre al encuentro de otro y un mensajero al encuentro de otro, para decirle al rey de Babilonia que su ciudad ha sido tomada de un extremo al otro;
Jeremías 51:32 también los vados han sido ocupados, y quemados a fuego los juncos, y los guerreros están aterrados.
Jeremías 51:33 Porque así dice el Señor de los ejércitos, el Dios de Israel: La hija de Babilonia es como una era al tiempo de ser hollada; dentro de poco, le llegará el tiempo de la siega.
El grano se trillaba en una era, adonde traían las gavillas del campo. Las espigas se distribuían por el suelo, una enorme sección de tierra dura nivelada. Allí se aplastaba el grano para separar las semillas de los tallos. Para desgranarlo, se golpeaba el grano con una herramienta de madera. Algunas veces el grano se aplastaba con una tabla de madera usada para liberar las semillas. Babilonia pronto la iban a trillar cuando Dios ejerciera su juicio por sus pecados.
Jeremías 51:34 Me ha devorado y aplastado Nabucodonosor, rey de Babilonia, me ha dejado como vaso vacío, me ha tragado como un monstruo, ha llenado su estómago de mis delicias, me ha expulsado.
La liberación de Jerusalén será milagrosa, pero cuando Babilonia sea destruida se convertirá en montones de ruinas, morada de chacales, en espanto y burla
Jeremías 51:35 Caiga sobre Babilonia la violencia hecha a mí y a mi carne –dirá la moradora de Sion. Caiga mi sangre sobre los habitantes de Caldea –dirá Jerusalén.
Jeremías 51:36 Por tanto, así dice el Señor: He aquí, yo defenderé tu causa, y ejecutaré tu venganza; secaré su mar y haré que se sequen sus manantiales.