Jeremías 34:1 Jeremías amonesta a Sedequías[a] Palabra de Jehová que vino a Jeremías cuando Nabucodonosor, rey de Babilonia, con todo su ejército, todos los reinos de la tierra bajo el Señorío de su mano y todos los pueblos peleaban contra Jerusalén[b] y contra todas sus ciudades. Dijo así:
Este apéndice histórico cierra la primera gran sección del libro. Mientras la ciudad de Jerusalén se hallaba bajo sitio (588 a.C.), y la mayoría de las ciudades fortificadas de Judá habían caído, se le aseguraba a Sedequías que sería capturado por los babilonios, pero tendría una muerte tranquila y se le rendirían los honores funerarios de rigor. En 21.1-10 se traza un cuadro más tenebroso y el tratamiento dado a Sedequías por los babilonios se describe en 52.8-11. El reino de Nabucodonosor era enorme y él controlaba un ejército formado por soldados de varias naciones.
Este capítulo describe el cumplimiento de muchas de las predicciones de Jeremías. En el libro de Jeremías, muchas profecías se dieron y cumplieron rápidamente.
Jeremías 34:2 «Esto ha dicho Jehová, Dios de Israel: Ve y habla a Sedequías, rey de Judá, y dile que así ha dicho Jehová: Yo entregaré esta ciudad al rey de Babilonia, el cual la entregará al fuego.
Jeremías 34:3 Y tú no escaparás de su mano, sino que ciertamente serás apresado y en su mano serás entregado. Tus ojos verán los ojos del rey de Babilonia, que te hablará cara a cara, y entrarás en Babilonia.[c]
Jeremías 34:4 Con todo, oye palabra de Jehová, Sedequías, rey de Judá, porque así ha dicho Jehová acerca de ti: No morirás a espada.[d]
Jeremías 34:5 En paz morirás, y así como quemaron especias por tus padres, los reyes primeros que fueron antes de ti, las quemarán por ti, y te endecharán diciendo: “¡Ay, Señor!”, porque yo he hablado la palabra, dice Jehová».[e]
Jeremías 34:6 Habló, pues, el profeta Jeremías a Sedequías, rey de Judá, todas estas palabras en Jerusalén.
Jeremías 34:7 Y el ejército del rey de Babilonia peleaba contra Jerusalén y contra todas las ciudades de Judá que habían quedado: contra Laquis y contra Azeca,[f] porque de las ciudades fortificadas de Judá, solo estas habían quedado.
Laquis y Azeca fueron ciudades fortificadas por Roboam, hijo de Salomón. Laquis, a 44 km al sudoeste de Jerusalén, fue destruida por Senaquerib en el 701 a.C. y ahora había sido puesta bajo sitio por Nabucodonosor. Una concha perteneciente a este período, que fue encontrada en el lugar, menciona a Laquis y Azeca. Azeca está situada a 17 km al noroeste de Laquis y aproximadamente a 29 km al oeste de Jerusalén.
Jeremías 34:8 Violación del pacto de libertar a los siervos hebreos. Palabra de Jehová que vino a Jeremías después que Sedequías hizo pacto[g] con todo el pueblo en Jerusalén, para promulgarles libertad,
Presumiblemente, la espantosa situación de la ciudad, sometida a sitio, condujo a la gente a examinar su conciencia, y muchos llegaron a la conclusión de que no habían tratado bien a sus esclavos hebreos. Los esclavos fueron liberados, pero más adelante, cuando la situación mejoró (quizás el retiro temporal de las fuerzas babilónicas, forzadas a enfrentar al ejército egipcio;, muchos cambiaron de opinión y reimpusieron la esclavitud.