Lamento por los Dioses de Babilonia
Con un lamento por los Dioses de Babilonia empieza esta sección que en realidad presenta un contraste entre los Dioses vencidos de Babilonia y Jehová, el victorioso Dios de Israel.
El nombre Bel significa en acadio Señor, así como el nombre del Dios Baal, de Canaán. Bel era un título del Dios Marduc, el Dios principal del panteón babilónico. Nebo era hijo de Bel, y era el Dios de la comunicación y de la escritura. Ambos equivalen a la pareja olímpica de Zeus y Hermes.
Los principales Dioses del panteón babilónico han sido bajados de sus pedestales para ser puestos sobre animales de carga y ser llevados junto con sus adoradores a la cautividad, por no haber podido escapar con su carga ante el avance del invasor.
Este aspecto de la profecía no se cumplió con la llegada de Ciro a Babilonia, pero así sucedía con los Dioses de los pueblos conquistados: eran llevados cautivos junto con sus adoradores. Lo importante en esta sección es el contraste que el profeta traza en los versículos 3 y 4, que presentan a Jehová cargando y llevando a su pueblo Israel como un padre, desde el vientre y hasta la vejez. En el caso de los pueblos idólatras, son ellos los que cargan con su Dios. Jehová dice: Yo os sostendré y os libraré, mientras que en el caso de los Dioses de Babilonia, ellos mismos han ido en cautividad porque son Dioses vencidos.
En el versículo 9 el Señor insta a Israel a dar una mirada a la historia del pasado para recordar la manera como Jehová ha actuado para con su pueblo Israel. Y ahora, él anuncia con certeza lo porvenir. La caída de Babilonia constituye su plan, el cual se realizará. Para ello ha llamado a Ciro, el hombre que lo llevará a cabo.
En los versículos 5-8 y 12, 13 el profeta se dirige a los transgresores de entre los hijos de Israel, aquellos que aún persisten en la vileza de la idolatría. A ellos llama instándoles a tener el valor de volver en sí, y describe ante ellos la ridícula manufactura de un ídolo, como lo hizo en 44:9-20. En el versículo 12 se refiere a ellos como estando lejos de la justicia que Dios demanda de Israel. Y en el versículo 13, mediante un juego de conceptos basado en la palabra justicia, les dice: Haré que se acerque mi justicia; no se alejará. Es decir, el juicio divino contra ellos, el cual involucra el exterminio de los idólatras junto con la idolatría. Esto será la victoria gloriosa de Jehová, de la cual Sion constituirá un memorial.
Idolos babilonios La religión de los babilonios tuvo las siguientes características: politeísta, panteísta y astrológica (adoraban a los astros).
Sus Dioses más importante fueron:
1. Marduk (conocido también como Júpiter)
2. Istar (Venus)
3. Shamash (sol)
Se identifica en las Sagradas Escrituras a Bel, Dios principal, con Shamash (sol) y se le rendía culto en torrecillas, azoteas y lugares altos. Los hebreos le daban el nombre de Merodac.
Nebo: Se dice que era hijo de Bel, Dios babilonio, a quien se consideraba el Dios del conocimiento. Su nombre fue usado para asociarlo con nombres de personas como: Nabucodonosor, Nabuzadaran, Naboned, Nabonasar, Nabopolazar, etc. Al Dios Nebo, también se le identifica con el planeta Mercurio.