Isaías 40:30 Los muchachos se fatigan y se cansan, los jóvenes flaquean y caen;
Isaías 40:31 mas los que esperan[c] en Jehová tendrán nuevas fuerzas, levantarán alas como las águilas,[d] correrán y no se cansarán, caminarán y no se fatigarán.
Esperar en Jehová es saber que su fuerza prometida nos ayuda a levantarnos por encima de las confusiones y dificultades de la vida. Significa también confiar en Dios. Esto nos ayuda a estar preparados para cuando El nos hable. Entonces seremos pacientes cuando nos pida que esperemos el cumplimiento de las promesas que se encuentran en su Palabra.
El regreso de Babilonia
Buenas nuevas para el pueblo
El capítulo 40 marca el comienzo de la segunda parte del libro de Isaías, que algunos llaman el “Segundo Isaías”. Este capítulo constituye una especie de introducción al aporte literario de la segunda parte del libro. Sus ideas centrales hallan expresión en este capítulo de una manera concentrada. La principal es que Jehová Dios de Israel es soberano en la historia universal, aunque el desarrollo de los acontecimientos pueda ofuscar a los creyentes en el sentido de que haya cosas tan importantes para ellos, pero que lamentablemente se le escapan a Dios. En el caso concreto de Israel en el cautiverio, que ahora cruzaba la época incierta de la sucesión del imperio babilónico por el imperio persa, los acontecimientos agitan el oleaje de inquietudes. ¿Habrá una voz profética que le diga a Israel cuáles son sus perspectivas de existencia? ¿O es acaso Jehová el Dios de Israel como los Dioses de las naciones victoriosas o derrotadas, que nada tienen que decir del presente y del futuro?
Estas inquietudes son las que responde el profeta en este capítulo, mientras pasan por su mente las escenas de la historia, como el reto del Rabsaces, quien quiso poner al Dios de Israel en el nivel de los demás Dioses, o como la ideología imperial de Babilonia.
Después de haber trazado el bosquejo del pensamiento del profeta en el cap. 40, veamos sus dos partes en las cuales vierte sus ideas:
(1) En la primera parte del capítulo introduce las buenas nuevas de redención
(2) en la segunda parte describe la majestad de Jehová en el universo y en la historia, lo cual constituye la base y la garantía de sus promesas de redención para su pueblo.
En la primera parte, el profeta empieza sintetizando el mensaje de Dios para su pueblo. La palabra amí, mi pueblo, que es característica de Isaías hijo de Amoz, tiende un puente entre las dos partes del libro de Isaías. El mensaje es de consolación, porque el momento de la redención ha llegado.
El versículo 3 empieza con las palabras: Una voz proclama. No necesitamos identificar de quién es la voz, si del profeta o de un ángel, o si es un recurso literario para introducir la proclama de que en breve Jehová va a conducir a su pueblo del cautiverio a la libertad, de Babilonia a Jerusalén, por un camino que atraviesa el desierto y el Arabá (o soledad). A la manera de los preparativos para el paso de su majestad, el Rey, los caminos van a ser allanados, limpiados y enderezados (v. 4). El desierto es la conciencia del pueblo, como lo indica la palabra aqóv, torcido, cuyo sentido mayormente es ético. La redención requiere de una digna preparación. Sólo entonces se manifestará la gloria de Jehová y todo mortal la verá.