Isaías 31:1 ¡Ay de los que descienden a Egipto por ayuda! En los caballos buscan apoyo, y confían en los carros porque son muchos, y en los jinetes porque son muy fuertes, pero no miran al Santo de Israel, ni buscan al Señor.
Ay de los que descienden a Egipto por ayuda ! : Continuación de las advertencias del Señor a Judá contra la concertación de una alianza con Egipto, quien mostraba su desconfianza hacia el Santo de Israel .
Judá falló en buscar ayuda militar en otras naciones.
(1) Confiaban en el hombre y no en Dios. Judá buscó la protección de los que tenían mucho menos poder que Dios. Tanto Egipto como Judá caerían como resultado de su arrogancia.
(2) Servían a sus intereses y no a los de Dios y por lo tanto ni siquiera lo consultaron. Violaron lo estipulado en Deuteronomio 17:16
(3) No quisieron pagar el precio de buscar a Dios y de arrepentirse de su vida pecaminosa. Cuando tenemos problemas, es bueno buscar ayuda, pero nunca deberíamos pasar por alto a Dios ni las instrucciones que nos dio anteriormente.
Isaías 31:2 Pero El también es sabio y traerá el mal, y no se retractará de sus palabras; sino que se levantará contra la casa de los malhechores y contra la ayuda de los que obran iniquidad.
Isaías 31:3 Pues los egipcios son hombres, y no Dios, y sus caballos son carne, y no espíritu; el Señor, pues, extenderá su mano, y el que ayuda tropezará, y el que recibe ayuda caerá; todos ellos a una perecerán.
Isaías 31:4 Porque así me dice el Señor: Tal como gruñe el león o el leoncillo sobre su presa, contra el que se reúne una multitud de pastores, y no se atemoriza de sus voces ni se acobarda por su multitud, así descenderá el Señor de los ejércitos para combatir sobre el monte Sion y sobre su collado.
Otra vez, Dios no olvidará eternamente a su pueblo; habrá una restauración. Véase la nota a 30.18-26. Se utilizan dos metáforas para referirse a la defensa de Jerusalén por el Señor. Vendrá como león irresistible (v. 4), a manera del león que simboliza a la tribu de Judá, y como las aves que vuelan por encima de su ciudad. En aquel día arrojarán ellos sus ídolos. Entonces caerá Asiria , en representación de todos los enemigos de Judá.
Isaías 31:5 Como aves que vuelan, así protegerá el Señor de los ejércitos a Jerusalén; la protegerá y la librará, la perdonará y la rescatará.
Isaías 31:6 Volved a aquel de quien tan profundamente os habéis apartado, oh hijos de Israel.
Isaías 31:7 Porque en aquel día cada uno repudiará sus ídolos de plata y sus ídolos de oro, que os han hecho vuestras manos pecadoras.
Algún día estas personas desecharán sus ídolos, reconociendo que no son nada más que objetos hechos por los hombres. Los ídolos tales como, dinero, fama o éxito son seductores. En vez de contribuir a nuestro desarrollo espiritual, nos roban tiempo, energía y entrega que deberían estar dirigidos a Dios. Al principio parecen atractivos y nos prometen llevar al éxito, pero al final descubriremos que nos hemos convertido en sus esclavos. Necesitamos ahora reconocer su falta de valor, antes de que nos roben nuestra libertad.