Isaías 19: Profecía contra Egipto

Sistemas financieros. Depositamos nuestra fe en la «seguridad» financiera, haciendo tanto dinero como podamos para nosotros mismos, olvidándonos de que, si bien debemos ser sabios con nuestro dinero, debemos confiar en Dios para suplir nuestras necesidades.

Isaías advirtió a Judá que no se aliara a Egipto (20.5; 30.1, 2; 31.1). Sabía que confiar en cualquier nación o poder militar era fútil. Su única esperanza era confiar en Dios. A pesar de que no depositamos conscientemente nuestra esperanza para la liberación en alianzas políticas, es casi lo mismo, a menudo nuestra esperanza está en otras fuerzas.

Isaías 19:25  porque Jehová de los ejércitos los bendecirá diciendo: «Bendito sea Egipto, pueblo mío; y Asiria, obra de mis manos; e Israel, mi heredad».

Egipto

Los capítulos19 y 20 están introducidos por la palabra “Profecía” (masá), aunque en realidad estos dos capítulos contienen básicamente tres profecías: dos en el capítulo19 y una en el 20.

Se ha propuesto explicar que las profecías del capítulo19 son muy posteriores a Isaías hijo de Amoz, tanto como para asociarlas con el contexto histórico de las relaciones de Egipto y Siria en los días de Alejandro Balas, rey de Siria, y Ptolomeo Filometer, rey de Egipto. Estos fueron los días de Jonatán, el príncipe macabeo o asmoneo. Para lograr semejante contextualización se ha explicado que las referencias a Asiria en 19:23, 24 son en realidad referencias a Siria.

A la verdad, no hay ninguna razón de peso contra la paternidad literaria de Isaías hijo de Amoz. Y si bien es propio del estudio identificar el posible cumplimiento de una profecía en el contexto histórico inmediato o mediato, esto no debe ser un asunto forzado. En realidad, en el capítulo19 encontramos un revuelo de esperanza mesiánica y sobrehumana en el profeta, que no es extraño en espíritu a sus expectativas expresadas en el capítulo11.

La primera profecía trata de una trágica guerra civil en Egipto, como la que se produjo un cuarto de siglo después de Isaías, en la transición de la Dinastía Etíope XXV a la Dinastía XXVI, sobre todo en el período de la llamada Dodedarquía. Esta fue un dominio violento y desordenado en Egipto de una docena de reyes simultáneamente y como vasallos de Asiria.

La profecía presenta a Jehová entrando en Egipto con el propósito de consumar su juicio divino. En Egipto los dioses y la población toda se estremecen ante su presencia. Luego se alude a la guerra civil en estos términos: “Yo incitaré a los egipcios contra los egipcios. Cada uno peleará contra su hermano… ciudad contra ciudad y reino contra reino“.

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