Isaias 17:1 Profecía contra Damasco[a] Profecía sobre Damasco:[b] «He aquí que Damasco dejará de ser ciudad; será montón de ruinas.
Israel y Siria se aliaron para pelear contra Asiria. Sin embargo, Tiglat-pileser III capturó Damasco, la capital de Siria, en 732 a.C., y anexó la parte norte de Israel al Imperio Asirio. Entonces Acaz, rey de Judá, pagó tributo a Tiglat-pileser III.
Isaias 17:2 Las ciudades de Aroer están desamparadas;[c] se convertirán en majadas y allí dormirán los rebaños sin que nadie los espante.
Isaias 17:3 Cesará la fortificación de Efraín y el reino de Damasco; y lo que quede de Siria será como la gloria de los hijos de Israel», dice Jehová de los ejércitos.
La gloria . . . de Israel es una ironía. Serán juzgados junto al remanente de Siria.
Isaias 17:4 Juicio sobre Israel[d] «En aquel tiempo menguará la gloria de Jacob y se enflaquecerá la gordura de su carne.
Isaias 17:5 Será como cuando el segador recoge la mies y con su brazo siega las espigas; será también como el que recoge espigas en el valle de Refaim.[e]
Isaias 17:6 Y quedarán en él rebuscos, como cuando sacuden el olivo; dos o tres frutos en la punta de la rama, cuatro o cinco en sus ramas más fructíferas», dice Jehová, Dios de Israel.
Isaias 17:7 Aquel día mirará el hombre a su Hacedor; sus ojos contemplarán al Santo de Israel.
El mensaje de Dios a Damasco es de destrucción completa. Los sirios se apartaron del Dios que pudo salvarlos, dependiendo en su lugar de sus ídolos y su propia fuerza. No importó cuánto éxito tuvieran, el castigo de Dios fue seguro. A menudo dependemos de las trampas del éxito (automóviles lujosos, pasatiempos, ropa, casas) para sentirnos llenos. Sin embargo, Dios nos dice que cosecharemos dolor y sufrimiento si dependemos de cosas temporales para obtener seguridad eterna. Si no queremos que se nos dé el mismo trato que Damasco recibió, debemos volvernos de esos falsos encantos y confiar en Dios.
Isaias 17:8 Ya no mirará a los altares que hicieron sus manos, ni mirará a lo que hicieron sus dedos, ni a los símbolos de Asera[f] ni a las imágenes del sol.
Damasco : Era y es la capital de Siria . Siria, junto con Efraín ( Israel ) , sería completamente destruida por haber atacado a Judá y Jerusalén. Siria fue invadida por Asiria en el 732 a.C., en cuya ocasión cayó en poder del extranjero la parte septentrional de Israel. En el 721 a.C., Israel fue completamente derrotado y llevado cautivo, excepto un pequeño remanente de fieles que se volvieron de todo corazón a Dios y abandonaron toda idolatría.
Los símbolos de Asera eran imágenes de esta diosa cananea y consorte femenino de Baal. Quizás la reina Jezabel llevó la adoración de Asera al reino del norte. El culto alentaba prácticas sexuales inmorales y atraía a mucha gente. La Biblia condena la adoración de los símbolos de Asera y el rey Manasés fue condenado por colocar una imagen de ella en el templo. A diferencia de los dioses paganos, Dios no trata de atraer a grandes multitudes, sino que busca el mayor bienestar para todas las personas.