Hebreos 9: La gloria del tabernáculo

(iv) El Sacrificio de Jesús era moral. El sacrificio de los animales era mecánico; pero Jesús ofreció Su Sacrificio por el Espíritu eterno. Lo que sucedió en el Calvario no era una cuestión de ritual prescrito y llevado a cabo mecánicamente; era algo que Jesús hacía en obediencia a la voluntad. de Dios y por los hombres. Detrás estaba, no la mecánica de la Ley, sino la libre elección del Amor.

La única manera de obtener el perdón

Es por medio de ÉL como se instituye el Nuevo Pacto entre Dios y la humanidad; y el propósito que subyace detrás de este Nuevo Pacto es que los que han sido llamados reciban la herencia eterna que se les ha prometido; pero esto sólo podía suceder después de producirse una muerte, cuyo propósito sería rescatarlos de las consecuencias de las transgresiones que se habían cometido bajo las condiciones del Antiguo Pacto. Porque, tratándose de un testamento, es necesaria la evidencia de la muerte del testador para que entre en vigor. Es con la muerte de las personas como se confirma un testamento, porque no cabe duda de que no puede ser operativo mientras el testador continúe vivo. Por eso es por lo que hasta el Antiguo Pacto-Testamento no se inauguró sin sangre. Porque, después de anunciar Moisés a todo el pueblo todos y cada uno de los mandamientos que establece la Ley, tomó la sangre de los becerros y de los machos cabríos, con agua, lana escarlata e hisopo, y roció el libro mismo y también a todo el pueblo, mientras decía: « Esta es la sangre del Pacto cuyas condiciones Dios os manda que cumpláis.» Y también roció con sangre el tabernáculo y todos los instrumentos que se usaban en su culto. Bajo las condiciones que establece la Ley, se puede decir que casi todo se purifica con sangre. Sin derramamiento de sangre no puede haber perdón.

Este es uno de los pasajes más difíciles de toda la carta, aunque no lo sería para los primeros destinatarios, que estaban familiarizados con los detalles del ritual sacerdotal así como con estos métodos de exégesis y de expresión.

Como ya hemos visto, la idea del pacto es fundamental en el pensamiento del autor, que entiende por él la relación entre Dios y el hombre. El primer Pacto dependía del cumplimiento de la Ley por parte del hombre; en cuanto se quebrantaba la Ley, el Pacto quedaba sin efecto. Recordemos que, para nuestro autor, Religión quiere decir acceso a Dios. Por tanto, el significado básico del Nuevo Pacto que ha establecido Jesús es que el hombre puede tener acceso a Dios; o, para decirlo de otra manera, puede vivir en relación con Él. Pero aquí está la dificultad. Las personas ya llegan al Nuevo Pacto manchadas por los pecados que han cometido en el Antiguo Pacto, que el antiguo sistema sacrificial era impotente para expiar. Por tanto, el autor de Hebreos tiene una idea luminosa, y dice que el Sacrificio de Cristo es retroactivo; es decir, es eficaz para borrar los pecados que se cometieron bajo el Antiguo Pacto, y para inaugurar la relación que se promete en el Nuevo.

Todo eso parece muy complicado, pero detrás de ello hay dos grandes verdades eternas. La primera, que el Sacrificio de Jesús obtiene el perdón para los pecados pasados. Debería castigársenos por lo que hemos hecho e impedido hacer a Dios; pero, en virtud de lo que Jesús ha hecho, la deuda queda saldada, la desobediencia perdonada y la barrera retirada. La segunda verdad es que el Sacrificio de Jesús abre una nueva vida hacia el futuro: abre el acceso a la comunión con Dios.

El Dios al Que nuestro pecado había convertido en un extranjero, es ahora nuestro Amigo por el Sacrificio de Cristo. Gracias a Su Obra, la carga del pasado se nos ha quitado de encima, y ahora podemos vivir con Dios.

El siguiente paso del argumento nos parece una manera extraña de razonar. La cuestión que tenía en mente el autor es por qué esta nueva relación con Dios exigía la muerte de Cristo. Y la contesta de dos maneras.

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