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Génesis 47: José y su familia

Gén 47:18 Acabado aquel año, vinieron a él el segundo año, y le dijeron: No encubrimos a nuestro señor que el dinero ciertamente se ha acabado; también el ganado es ya de nuestro señor; nada ha quedado delante de nuestro señor sino nuestros cuerpos y nuestra tierra.

Los egipcios vendieron finalmente a Faraón sus viviendas y su tierra , y aun se vendieron a sí mismos como esclavos del rey. El hambre era la única alternativa. La esclavitud voluntaria era a menudo la vía para que el pobre pudiese vivir. El comportamiento de José no fue despiadado; aun los campesinos esclavizados lo hubieran considerado un hombre sabio. Debemos entender sus costumbres: después de todo, a Faraón se le consideraba un dios. Como resultado de los esfuerzos de José, Egipto tenía ahora un gobierno central fuerte, que probablemente puso fin a la anarquía reinante.

Gén 47:19 ¿Por qué moriremos delante de tus ojos, así nosotros como nuestra tierra? Cómpranos a nosotros y a nuestra tierra por pan, y seremos nosotros y nuestra tierra siervos de Faraón; y danos semilla para que vivamos y no muramos, y no sea asolada la tierra.

Gén 47:20 Entonces compró José toda la tierra de Egipto para Faraón; pues los egipcios vendieron cada uno sus tierras, porque se agravó el hambre sobre ellos; y la tierra vino a ser de Faraón.

Gén 47:21 Y al pueblo lo hizo pasar a las ciudades, desde un extremo al otro del territorio de Egipto.

Gén 47:22 Solamente la tierra de los sacerdotes no compró, por cuanto los sacerdotes tenían ración de Faraón, y ellos comían la ración que Faraón les daba; por eso no vendieron su tierra.

Gén 47:23 Y José dijo al pueblo: He aquí os he comprado hoy, a vosotros y a vuestra tierra, para Faraón; ved aquí semilla, y sembraréis la tierra.

Gén 47:24 De los frutos daréis el quinto a Faraón, y las cuatro partes serán vuestras para sembrar las tierras, y para vuestro mantenimiento, y de los que están en vuestras casas, y para que coman vuestros niños.

Gén 47:25 Y ellos respondieron: La vida nos has dado; hallemos gracia en ojos de nuestro señor, y seamos siervos de Faraón.

Gén 47:26 Entonces José lo puso por ley hasta hoy sobre la tierra de Egipto, señalando para Faraón el quinto, excepto sólo la tierra de los sacerdotes, que no fue de Faraón.

José lo hizo pasar a las ciudades , donde podía ser alimentado, y entonces distribuyó semilla para la siembra cuando terminaba la sequía. No molestó a los sacerdotes , quienes poseían una poderosa influencia política en aquel país atrasado. Años más tarde, Moisés se convirtió en miembro de la familia real egipcia y notó que estos decretos de José poseían el carácter de ley hasta hoy sobre la tierra de Egipto .

Gén 47:27 Así habitó Israel en la tierra de Egipto, en la tierra de Gosén; y tomaron posesión de ella, y se aumentaron, y se multiplicaron en gran manera.

Gén 47:28 Y vivió Jacob en la tierra de Egipto diecisiete años; y fueron los días de Jacob, los años de su vida, ciento cuarenta y siete años.

Gén 47:29 Y llegaron los días de Israel para morir, y llamó a José su hijo, y le dijo: Si he hallado ahora gracia en tus ojos, te ruego que pongas tu mano debajo de mi muslo, y harás conmigo misericordia y verdad. Te ruego que no me entierres en Egipto.

Debajo de mi muslo : Exactamente como antes había hecho el abuelo de Jacob, Abraham.

Gén 47:30 Mas cuando duerma con mis padres, me llevarás de Egipto y me sepultarás en el sepulcro de ellos. Y José respondió: Haré como tú dices.

Gén 47:31 E Israel dijo: Júramelo. Y José le juró. Entonces Israel se inclinó sobre la cabecera de la cama.

Se inclinó sobre la cabecera de la cama: Hebreos 11:21 contiene la variante que aparece en la Septuaginta: «apoyado sobre el extremo de su bordón».

Se ponía la mano debajo del muslo en señal de promesa. Jacob hizo que José le prometiera que lo enterraría en su tierra natal. Muy pocas cosas se escribían en esta cultura, así que la palabra de una persona tenía la misma fuerza que un contrato escrito. En la actualidad a la gente se le hace muy fácil decir «no quería decir eso». Sin embargo, el pueblo de Dios debe hablar la verdad y vivir la verdad. Permita que sus palabras sean tan firmes como un contrato.

El faraón asigna el territorio de Gosén para Jacob y su familia.

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